Durante el año 2019 el sistema integrado de Metro y el Teleférico transportó mas de 115 millones de pasajeros. Fuente Externa05/01/2020.
Ante la constante propagación del coronavirus o Covid-19, gobiernos en diferentes países han comenzado a imponer ciertas restricciones a la movilización de las personas, con el objetivo principal de detener la expansión dicha enfermedad.
Es tanto así que muchos individuos también han adoptado precauciones por su cuenta, tomando en cuenta las recomendaciones de las autoridades competentes, todo por el temor a contagiarse.
Una pregunta de suma importancia es. ¿Que tan arriesgado es tener que viajar en metro, avión y carro u otro medio de transporte público?
Hasta el momento no se sabe a ciencia cierta cómo es exactamente que se propaga el coronavirus, pero sí que hay tres forma de contagio que son: inhalar gotas expulsadas por la tos o los estornudos de una persona infectada; tocar superficies contaminadas con esas gotas y posteriormente llevarse las manos a la boca ojos o nariz.
Sin embargo, se supone que el Covid-19 no permanece en el aire al igual que el virus de una gripe común; es por ello que se necesita estar en contacto cercano con la persona contaminada para poder contraer el virus.
Para el Servicio Nacional de Salud británico (NHS), por sus siglas en inglés la definición de “contacto cercano” es estar en una cercanía de al menos dos metros de una persona infectada por un periodo de unos de 15 minutos o mas.
Es por eso, la probabilidad más alta de infectarse en el transporte público depende de qué tan llenos de personas esté; evidentemente esto puede variar según el horario y la zona. Por lo que expertos recomiendan evitar en la medida de lo posible viajar en las horas pico.
Según un estudio publicado en 2018 el cual tomó como ejemplo el metro de Londres, existe una relación estrecha entre el uso del subterráneo y la posibilidad de contagiarse de enfermedades respiratorias.
Lara Gosce, autora de la investigación del Instituto Global Health, dice que los resultados mostraron que las personas que utilizaban el servicio de metro con frecuencia eran más vulnerables a sufrir síntomas del tipo que provoca el virus de la gripe.
“Los vecindarios con menos líneas donde la gente se ve forzada a cambiar de metro una o más veces, el índice de enfermedades como la gripe es más alto, en comparación con las zonas, donde los pasajeros pueden llegar a su destino con un viaje directo”, destacó Gosce.
Asimismo, informó que si un individuo viaja en un tren o autobús relativamente vacío, los riesgos pudieran ser diferentes, esto tomando en cuenta qué tan bien ventilados estén los vehículos y cuánto tiempo pasa dentro.
La autora de la investigación señala, que se debe de limitar el número de encuentros cercanos con personas y objetos que posiblemente puedan estar infectados.
Puesto que el problema no es solo la gente cuando estornuda o tose en caso de que esté infectado, sino también las superficies como las manijas, tubo en caso del metro o los manubrios de los vehículos que pueden estar contaminado.
“En términos de viajes, dicha investigación recomienda elegir una ruta que involucre solo un medio de transporte.
David Nabarro, asesor especial sobre el coronavirus de la Organización Mundial de la Salud, le dijo a la BBC que si bien el transporte era algo a considerar, la evidencia sugería que esa suerte de “contacto fugaz” al viajar con otra gente, no parecía ser por el momento la fuente de transmisión más importante.
Aviones. Para muchas personas existe la creencia de que en un avión pudiera haber más posibilidades de enfermarse debido a que allí se respira aire estancado.
No obstante, el aire en un avión puede ser de mejor calidad que en una oficina promedio y casi seguramente mejor que un tren o un autobús, manifestó.
Quingyan Chen, profesor de la Universidad Purdue, en Estados Unidos, que investiga la calidad del aire en distintos vehículos de pasajeros, estima que el aire en un avión se cambia completamente cada 2-3 minutos, en comparación con el de un edificio con aire acondicionado en donde cambia cada 10-12 minutos.
Según un estudio, el aire dentro de la cabina de un avión está menos viciado que el de una oficina típica.
Eso es porque cuando estás en un avión, el aire que respiras se limpia con el llamado filtro para partículas del aire de alta eficiencia (Hepa, por sus siglas en inglés).
Este sistema puede capturar partículas más pequeñas que los sistemas de aire acondicionado tradicionales, incluidos los virus.
El filtro absorbe aire fresco del exterior y lo mezcla con el aire que está en la cabina. Eso significa que, en todo momento, la mitad del aire es fresco y la otra mitad no lo es.
Muchos sistemas de aire acondicionado tradicionales simplemente recirculan el mismo aire para ahorrar energía.
Además de aspirar las gotas expulsadas por una persona infectada, otra vía de transmisión es por el contacto con superficies contaminadas (puede ser la mano de una persona, la manija de una puerta, etc.).
Vicki Hertzberg, de la Universidad Emory, en EE.UU., tomó muestras de superficies en 10 vuelos intercontinentales en 2018 y descubrió que «se veían como (las muestras) de la sala de una casa».
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la zona de más riesgo dentro de un avión son las dos filas por delante, detrás y al costado de la persona infectada, en otras palabras, no había nada notable en las muestras tomadas en un avión con las pruebas que había hecho en edificios y otros tipos de transporte.
A pesar de esto, sería difícil generalizar sobre los riesgos de cualquier medio de transporte porque hay varios factores que pueden aumentar o reducir el riesgo de contagio.
Un ejemplo de esto, es que en un vuelo largo los pasajeros se mueven más puesto que si están contagiado con el coronavirus hay más riesgo de que lo propaguen.
Sin embargo, durante el brote del síndrome respiratorio agudo severo (SARS), en 2003, en un avión donde viajaba una persona infectada, el 45% de las personas que se contagiaron estaba sentada fuera de esta zona del avión.
Por lo tanto, la principal preocupación respecto a los viajes aéreos es en realidad, que pueden transportar a personas potencialmente infectadas de un lugar del mundo a otro.