Esas feas y antiestéticas protuberancias en heridas luego de algunos procedimientos quirúrgicos, pinchazos por jeringas, cicatrices de apariencia rebeldes, que suelen aparecer en la piel, ocurren por diversos factores.
En busca de una opinión experta respecto de esas causas, consultamos a la doctora Luisa González, cirujana dermatóloga, quien explica que los queloides pueden aparecer por causas de genética en grupos familiares, por factores raciales, preponderando más en la raza negra y mestiza, así como también luego de cualquier tipo de trauma en la piel.
Entre las causas por traumas enumeró: cortadas, laceraciones, excoriaciones, perforaciones en los lóbulos en las orejas, o alteración de la integridad en la piel, como es el caso de las cirugías, quemaduras…
La doctora González, quien es además jefa de Cirugía del Instituto Dermatológico y Cirugía de Piel Doctor Huberto Bogaert, añade que este tipo de cicatriz suele sobresalir en los bordes de forma exuberante, tienen una apariencia “mamelonada” (como de pequeña eminencia carnosa) y un componente fibroso.
“La aparición de queloides altera los mecanismos normales de cicatrización, ante la cual las expectativas de los pacientes respecto a una intervención quirúrgica son decepcionantes, ya que entorpecen totalmente los resultados esperados”, agrega.
Individuos. “Hay pacientes que naturalmente tienen predisposición genética a los queloides; en estos individuos existen respuestas anormales proliferativas del tejido conectivo frente a traumatismos, como son inflamaciones, infecciones, quemaduras, y la aparición de queloides son de tendencia hereditarias”, afirma González.
¿Tiene solución? “Como técnica per se, no existe ninguna, salvo algunas prevenciones ante cualquier tipo de trauma que altere la estructura de la piel intacta”, afirma la especialista de la piel.
Añade que si el médico que hace cualquier tipo de tratamiento o procedimiento quirúrgico tiene previamente el historial clínico del paciente, se podrían tomar medidas para no causar lesiones futuras en la piel.
Afirma que debe ser una norma clínica hacer un historial pormenorizado sobre el paciente y sus características personales sistémicas, ambientales y familiares. “Si tenemos el conocimiento de la tendencia del paciente a cicatrizar en forma de queloides, hay que hacerle la salvedad sobre lo que podemos esperar y las alternativas que pudieran ayudarnos a mejorar el aspecto de la cicatriz resultante”.
“Podemos tomar medidas como son infiltraciones post quirúrgicas de triancinolona en el área tratada, presoterapia, geles de silocona que disminuyen la circulación vascular y la proliferación del tejido fibroso”, dice González, especificando que “aunque los resultados no son predecibles en un 80 %, estéticamente hay mejoría agradable y exitosa para el paciente”.
Precisa, asimismo, que la tendencia a hacer queloides tiene que ver también con el metabolismo, ya que estas personas tienen una intensa actividad metabólica con proliferación del tejido elástico, conectivo y fibroso.
“En estos casos la actividad de neoformación del colágeno se encuentra en su momento más intenso”, agrega la dermatóloga y cirujana.
Zona más frecuentes. Dice la doctora González que este tipo de cicatriz aparece con mayor frecuencia en ciertas zonas corporales, como son: mentón, cuello, hombros, zona superior del tronco, zona superior de los brazos, abdomen y el área del esternón.
Precisa que estás suelen aparecer también en el lóbulo de las orejas luego de alguna perforación, por procedimientos de acné… y que no hay edad para su aparición.