Querido barrilito

Querido barrilito

Claudio Acosta

Como sé que leen periódicos y están atentos a las redes sociales los 24 senadores que endosaron el proyecto de ley que elimina exenciones y exoneraciones por mas de 250 mil millones de pesos, entre ellas las que benefician a las zonas francas y el turismo, puedo atreverme a decir que tienen ya una idea bastante clara de los niveles de rechazo que ha recibido esa iniciativa; o mas bien, para ser precisos, el ánimo que la inspiró, pues con su rabieta y su reacción desproporcionada le han dejado claro a la sociedad que paga sus salarios y privilegios que eso es lo único que realmente les importa.


¿Tanto cariño le han cogido al barrilito, que en su defensa han desbordado los límites de la prudencia política y del bien hacer legislativo?
Esa actitud, defender lo indefendible de esa manera, es lo que ha generado el amplio rechazo social del que les costará recuperarse, una reacción natural y previsible de una sociedad cansada de las mañoserías de los políticos que ninguno de los 24 cerebros que, obnubilados por la soberbia, sometieron ese proyecto de ley fueron capaces de anticipar.


Pero no es el odioso barrilito sino lo que representa; clientelismo burdo, envilecimiento del voto y la inaceptable discrecionalidad conque les permite manejar el dinero público (300 millones de pesos al año), como quedó evidenciado por Alicia Ortega en su programa El Informe, lo que esos senadores están defendiendo y tratando de preservar a toda costa y caiga quien caiga.


Es la vieja forma de hacer política la que se resiste a cambiar, a ceder terreno y permitir que sean las buenas propuestas y los buenos candidatos, no el dinero corruptor y las dádivas interesadas con vocación de comprar conciencias, las que determinen la intención del voto de los ciudadanos y las ciudadanas.

Y es lo que explica, también, que los senadores estén dispuestos a todo, como acaba de quedar nuevamente demostrado, con tal de seguir disfrutando de su querido barrilito.

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