Andrés Arauz, quien ganó las elecciones de Ecuador este domingo con 32,20 % de los votos válidos, según los datos oficiales parciales, nació en Quito y su vida ha transcurrido entre su familia, la academia y sus trabajos. Arauz considera que proviene de una familia “de clase media” y asegura que el poder acceder a una “educación privilegiada” fue el puntal que lo ayudó a proyectarse a escala internacional y le abrió puertas en diferentes partes del mundo.
La mayor parte de su vida estuvo marcada por haber vivido en otros países. Se mudó a Rusia, donde aprendió a tocar el piano y el acordeón, y gracias a lo cual el ruso es uno de los idiomas que domina.
Su inglés fluido lo aprendió cuando estudiaba en un prestigioso colegio de Quito, la capital de Ecuador, y en Michigan, Estados Unidos, donde obtuvo su Licenciatura en Ciencias de la Universidad de ese estado.
Su padre, Luis Alberto Arauz, es dueño de Universal Petroleum Services, compañía dedicada a ofrecer servicio de exploración de posibles yacimientos y extracción de petróleo y gas. Su madre, Gladys Galarza, nacida en Bolivia, fue dueña de una agencia de viajes que cerró en agosto pasado.
Arauz es magister en Economía del Desarrollo por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-Ecuador) y estudió un doctorado en Economía Financiera en la Universidad Nacional Autónoma de México, país donde vivió el último tiempo con su esposa, Mariana Véliz, y con su hijo David, de cinco años, antes de aceptar su candidatura a la presidencia de Ecuador.
Su vida laboral arranca a temprana edad
Apenas tenía 22 años cuando empezó a trabajar en distintas instituciones gubernamentales. Fue asesor en el Ministerio Coordinador de la Política Económica y posteriormente llegó al Banco Central del Ecuador, donde fue director general bancario.
Uno de sus cargos más relevantes e importantes dentro del manejo de políticas públicas fue como subsecretario de Inversión Pública, en la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), una institución considerada el punto central desde donde se planificaba y coordinaba la administración pública ecuatoriana.
En Senplades, Arauz conocía y manejaba áreas estratégicas y proyectos emblemáticos del anterior Gobierno. Su exjefe y actual asambleísta, Pabel Muñoz, dice que el hoy candidato daba seguimiento y evaluaba planes, asignaba recursos y “hacía lo que se hace en planificación: partir el pastel”.
Muñoz se refiere a Arauz como un hombre “trabajador” que cumplía jornadas laborales de hasta 15 horas. “A veces yo terminaba a la una de la mañana y le mandaba un correo, y a las 02:30 me estaba contestando”, recordaba Muñoz durante una entrevista.
“La formación de Andrés está en matemáticas y después en economía, es excelente para leer números y construir índices”, cuenta Muñoz. Y recuerda que Arauz manejaba temas como el dinero electrónico, que no progresó en el Ecuador, y planteó una auditoría a los tratados bilaterales de inversión.
Tiempo después se desempeñó como ministro de Cultura, posición que le acarreó un cuestionamiento de la Contraloría General del Estado ya que efectuó un contrato con una empresa por USD 5,6 millones para el desarrollo del Festival Internacional de Artes Vivas de Loja.
Su último cargo fue como Ministro Coordinador de Conocimiento y Talento Humano, desde donde dirigía y coordinaba la ejecución de políticas, programas y proyectos de los ministerios de Educación, Cultura y Educación Superior.
Finalizado el gobierno de Correa, Arauz se alejó de las instituciones públicas y cuenta que fue ahí cuando se empezó a forjar la idea de crear una organización que finalmente vería la luz en 2020: Internacional Progresista, conformada por activistas, personalidades y asociaciones de izquierda; y cuyo Consejo Ejecutivo está conformado por Arauz.
En esta organización figuran personalidades como el exvicepresidente boliviano Álvaro García Linera; el exministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Celso Amorin; el propio Rafael Correa; la activista guatemalteca Renata Ávila; el excandidato presidencial brasileño, Fernando Haddad; el senador demócrata estadounidense Bernie Sanders; la exembajadora argentina Alicia Castro; el exministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis; y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, entre otros.
La postulación de un político “desconocido”
Aunque Arauz era casi desconocido en la política nacional, su nombre empezó a sonar entre la dirigencia correísta para postularlo como presidenciable y en un inicio se intentó que su binomio fuera el propio Rafael Correa.
“Cuando Otto Sonnenholzner (exvicepresidente de Ecuador) era la carta del Gobierno, y representaba la juventud, dijimos no; nosotros tenemos que presentar un joven”, dijo Correa durante una entrevista en agosto.
Arauz se autodefine como un “patriota, demócrata y progresista”. Su compañero de fórmula, el comunicador Carlos Rabascall dice que el candidato lleva en el ADN la “revolución ciudadana”, nombre que llevaba el movimiento del anterior Gobierno. “Pero él (Andrés Arauz) tiene su propio pensamiento. Él no construye imaginarios, sino que plantea escenarios sobre los cuales él puede cumplir”, comentaba en una entrevista.
Aunque analistas políticos como Santiago Basabe, de la Flacso, creen que “no es un buen candidato”, considera que el “estar anclado a la figura de Correa le alcanza para tener el espacio electoral que tiene y llegar a la segunda vuelta”.
Simón Pachano, otro analista, considera lo contrario y cree que el liderazgo y “carisma” de Correa no se puede transferir, hecho que según él explica que Arauz continúe siendo “prácticamente un desconocido”.
Arauz es candidato por el movimiento Centro Democrático y ha recibido el apoyo de organizaciones sociales de indígenas y mujeres que han conformado la alianza Unión por la Esperanza (UNES), la cual acoge a muchos seguidores de Correa que abandonaron Alianza País, el anterior partido del que el expresidente se separó.
Arauz no perdió tiempo y antes de que su candidatura fuese calificada por el Consejo Nacional Electoral ya había viajado a diversos países para reunirse con sus mandatarios, como es el caso de Argentina y de Bolivia. En este último país llegó como invitado a la investidura de Luis Arce y presenció el retorno de Evo Morales, a quien Arauz considera “como el Nelson Mandela latinoamericano”.
Ofrecimientos de campaña
Una vez aceptada su candidatura, aseguró que con su política de izquierda retomará el camino trazado por Correa para la construcción de una sociedad que denominaron del buen vivir, con el fin de “recuperar” los programas emblemáticos del Gobierno anterior.
En todo caso, uno de los retos más grandes del próximo Gobierno, independientemente de quién sea el ganador, será manejar una crisis sanitaria y económica que aún persiste y que se vio agravada por la pandemia de la COVID-19.
En sus últimos días de campaña, Arauz prometió entregar en la primera semana de su Gobierno un bono de USD 1.000 a un millón de familias pobres afectadas, para reactivar la economía familiar en medio de la pandemia y la crisis económica.
Fiel a sus postulados de izquierda, ha anunciado que desconocerá las condiciones de un acuerdo financiero pactado por el actual Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que implica varios ajustes en la política económica y serias reformas laborales y tributarias.
Pese a sus anuncios, las autoridades del actual Gobierno ecuatoriano han dicho en reiteradas ocasiones que aspiran a que el nuevo presidente respete los acuerdos pactados con otros países y con organismos multilaterales.
En su plan de gobierno Arauz propone una auditoría integral de la deuda pública interna y externa, tramitar una reforma tributaria para que “paguen más los que más tienen”, la repatriación de capitales que están en el exterior; y convocar a una Asamblea Constituyente para crear una nueva Constitución.
En política exterior apunta a retomar los diálogos y las alianzas, así como la integración regional, y las relaciones estratégicas con los países latinoamericanos.
El ELN y el supuesto financiamiento de la campaña
La campaña de Arauz se ha visto empañada por una reciente revelación que hizo la revista colombiana Semana sobre unos supuestos documentos hallados en los computadores decomisados a Andrés Vanegas Londoño, alias «Uriel», quien fuera jefe del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Según una investigación de medio colombiano, se habría encontrado una carpeta con archivos que demostrarían el interés del ELN en la campaña presidencial de Ecuador.
«Los comuneros nos informaron de una inversión de USD 80.000 entregados a ustedes en Barbacoas (población del departamento fronterizo de Nariño); ellos saben que es para iniciar la idea de negocio con los aliados y que nuestro éxito depende de apoyar la esperanza», dice una misiva.
Según los servicios de inteligencia consultados por Semana, en esos mensajes «Uriel» supuestamente habla de la campaña de Andrés Arauz Galarza, hecho que ha sido desmentido por el ELN a través de un comunicado, así como por parte del candidato y del expresidente Correa.
Sin embargo, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aseguró que se investigarán estas denuncias. Aunque prefirió no referirse al candidato Arauz, el mandatario ecuatoriano, durante una entrevista con Semana, dijo que es «extremadamente cauto con respecto a su apreciación sobre los candidatos», pero aseguró que la Función Electoral, Fiscalía y la Justicia le darán seguimiento a este caso.
Datos de aa.com.t