¿Quien es Josef Svejk y quien es Joseph K?

¿Quien es Josef Svejk y quien es Joseph K?

Durante la Primera Guerra Mundial,JaroslavHašek sintió en vida propia que el hombre se hallaba reducido de su condición de ser humano, pero no así su personaje Švejk. En uno de los pasajes clave de su novela “Las aventuras del buen soldado Švejk”,cuando Švejkes internado en manicomio y el médico le pide que dé cinco pasos hacia delante y cinco hacia atrás, Švejk da diez.El médico le reprocha: “Le dije a usted que sólo diera cinco pasos”.Švejk le responde: “Para mí unos pasos de más o de menos no me importa doctor”.

Ahí está la clave para comprender a Švejk: el hombre tiene que estar siempre enmarcado dentro de un sistema que está racionalmente pre-calculado y en un espacio queda reducido a algo inhumano. A Švejk no le importa dar unos pasos de más porque él es incalculable. El hombre no es un objeto para ser reducido a algo y es más que un sistema de relaciones premeditadas.

El soldado Švejk es un bonachón, es un listo, es un loco, es un tonto, es un oportunista, es un espía y muchas veces es declarado por las autoridades estatales como un idiota total. Esas son las máscaras que Švejk se pone de acuerdo a las circunstancias, pero en realidad esas mascaras le sirven para ocultar su verdadero rostro de revolucionario.

Los personajes de JaroslavHašek se encuentran en las estaciones de trenes, en los prostíbulos, en las tabernas, en los hospitales y en los manicomios. Para el soldado Švejk el manicomio es el único lugar en el mundo donde las personas son realmente libres. Entonces, la pregunta sería: ¿En qué sentido son libres? ¿Eso quiere decir que para ser libre hay que hacerse el loco o tengo que estar loco para poseer libertad?

Esa ambigüedad de Švejk nos lleva a concebir que el manicomio es un refugio de la libertad o ¿La libertad necesita estar encerrada en el manicomio para no le pueda hacer daño a la gente o la gente no le pueda hacer daño a la libertad?

El soldado Josef Svejk no busca respuestas, él ya las tiene. Responde a todas las interrogantes, incluso sin habérselas planteado. Josef Švejk no muere, siempre sobrevive. En el mundo de Švejk lo absurdo es lo grotesco.

Joseph K. no. Siempre está condenado a la muerte. No tiene respuestas, solo interrogantes. Las interrogantes son las respuestas mismas. El mundo de Josef K. es absurdo. Es el absurdo mundo del pensamiento, del acto y de los sueños humanos. Un mundo como un horrible laberinto y sin sentido, un mundo de impotencia humana ante la maquinaria burocrática, la perpetuación de los aparatos de poder. El mundo de los seres humanos es la perpetuación de la impotencia, una alienación de la realidad.

Tanto el mundo kafkiano como el mundo de Švejkson expresión de ese otro mundo que existe independientemente de las obras de sus autores. Los mundos de los personajes de ambos escritores son un fenómeno de la condición humana.

Los personajes de Kafka están amurallados en un laberinto de posibilidades petrificadas en relaciones alienadas, materializadas en la vida cotidiana, que va adquiriendo rasgos de un ser sobrenatural y fantasmagórico, que le exige constantemente como una obsesión inquebrantable la búsqueda de una respuesta a la interrogante: ¿Qué es la verdad?Los personajes de Kafka están condenados a vivir en un mundo en donde la dignidad humana es el únicovalorposible delarealidad, puesto que el desarrollo y las transformaciones en el mundo son determinados por otras fuerzas, por otros poderes que no dependen de las decisiones de los individuos simples.

Los personajes de Hašek expresan que el hombre es una forma materializada porque es un producto y un productor. Está por encima desupropia materialización. No puede ser reducido a una cosa, es más que un sistema. No poseemos aún un nombre apropiado para ese hecho milagroso de que el hombre tiene en su interior un poder enorme y una indestructible fuerza que le hace capaz de transformar sus ideas y materializarlas.

Así pues, en la primera mitad del siglo XX dos escritores praguenses dieron dos visiones del mundo moderno y describieron dos tipos de seres humanos distanciados y contrapuestos, pero que en realidad se complementan. Por un lado Kafka visualiza la materialización humana del mundo cotidiano y muestra que el hombre moderno tiene que vivirla, conocer las formas básicas de alienación para poder sentirse un ser humano. Por el otro, Hasek muestra que una persona es más que la materialización, puesto que no puede ser reducida a una cosa o a un producto de relaciones materializadas.

Švejk no es Sancho Panza, el fiel acompañante del Quijote que, a sabiendas de que su travesía es una quimera, sigue cabalgando al lado de su amo. Švejk siempre tiene un amo, pero solo es fiel a las circunstancias, a sus propias circunstancias que le llevan día a día a sobrevivir en un mundo delque forma parte por imposición, pero al cual niega pertenecer.

Las obras de Kafka se leen para ser interpretadas, descifradas, mientras la de Hašek se lee para que el lector se divierta y se ría. Kafka se lee de modo difícil, enigmático y problemático. La obra de Kafka ha sido sometida a diversos estudios y métodos de análisis:psicológicos, sociológicos, antropológicos, teológicos. Una infinita exploración de su relación con el judaísmo, el cristianismo, con Kierkergard o con Dostoyevski. Hašek se lee y se comprende fácil. Sin embargo, la realidad es otra. La novela “Lasaventuras del buen soldado Švejk” está llena de enigmas por interpretar. Hay muchos signos ocultos en el comportamiento y en las expresiones verbales del personaje Švejk. Hašek es un refinado crítico del ámbito político de la sociedad y la época que le tocó vivir. Es un excelente expositor de esa realidad, de esa incertidumbre provocada por los imperios monárquicos hacedores de un capitalismo bélico y antagónico que condujo a una de las más sangrientas guerras, la Primera Guerra Mundial.

Podríamos intentar un sinnúmero de interpretaciones y sucumbir a infinitas especulaciones. Lo único que podríamos afirmar categóricamente es que ambos escritores afamaron su ciudad natal y que Praga está intrínsecamente ligada a sus obras como sus obras lo están a Praga.

Ottla, la hermana menor de Kafka, le había entregado a su esposo checo Josef David todas las correspondencias que poseía de su hermano Franz antes de que fuera deportada al campo de concentración de Auschwitz. Josef David, por temor a que estas correspondencias cayesen en mano de la Gestapo, se las dio a un amigo para que las guardase. Sin hacerle ningún comentario sobre el origen de las misivas el desconocido amigo se las confió a aquel anciano, que casi cincuenta años después las ofreció al anticuario de la calle Dlaždena. Las correspondencias nunca fueron reclamadas por los familiares sobrevivientes de Kafka y hasta entonces quedaron olvidadas en una caja de zapatos.

Muchas veces me imaginaba ver al soldado Švejk escoltado como prisionero por dos soldados que le llevaban desde la cárcel de Hradcany al barrio Karlin, y bajando por la calle Neruda de MaláStrana se detenía en el puente de Carlos para saludar a Josef K., quien iba en sentido contrario acompañado por dos agentes secretos que le conducían al monte de Strahov, donde iba a ser ejecutado de una puñalada en el corazón.

(NOTA DE RECTIFICACIÓN)

En la edición anterior de Areíto, correspondiente al sábado 24 de enero, se deslizó un error en la página 6. En efecto, la autoría del artículo titulado “Hic Et Nunc” le fue atribuida a Ariosto Sosa, pero su autor es el escritor y colaborador de esta revista Fidel Ernesto Munnigh Eusebio.)

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