La experiencia periodística indica que sobre determinado tema, un medio de comunicación se identifica, se adueña de una acción a la que da seguimiento con ahínco, interés, a veces desproporcionado, o con objetivos definidos de aclarar situaciones.
El poeta Pablo Neruda sostuvo; las cosas no se aclaran nunca con el olvido ni con el silencio. Es una barbaridad lo que ocurre con el contrato construcción autovía Santo Domingo-Samaná y el denominado “peaje sombra”.
Un estudio de Oxfam, capítulo RD, refiere que este 2019, el Estado dominicano deberá erogar 3 mil quinientos sesenta y seis millones por concepto del mal negociado “peaje sombra”, que consiste en que el Gobierno debe pagar por los vehículos dejen de utilizar esa carretera, según una cláusula del leonino contrato.
Y revela que el fisco le habría pagado a la empresa Autopista del Nordeste S.A. alrededor de RD$21,000 millones, equivalente a 457 millones de dólares; mientras que el contrato firmado fue por la suma de 305 millones de la moneda estadounidense, pero incluye el Boulevard Turístico del Atlántico. El Gobierno cedió una concesión a 30 años que permite a la empresa el cobro del peaje. ¿Se imagina usted?
Hace unos días,Gonzalo Castillo, ex ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, hoy candidato presidencial del gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD), declaró al participar en el “Almuerzo Semanal” de los medios de comunicación del Grupo Corripio, que es necesario revisar el contrato de marras.
Pasa el inexorable tiempo, siguen pasando vehículos por la vía, pero cuando no se completa el estimado, tenemos que suplir el faltante, los dominicanos que pagamos impuestos. Nosotros tenemos nuestro RNC. ¿Y la revisión para cuándo?