LOS ANGELES. El actor estadounidense George Clooney dejará de ser este fin de semana el soltero más codiciado de Hollywood cuando dé el «sí, quiero» en Venecia a Amal Alamuddin, una exuberante abogada libanesa con la que comparte pasión: la lucha por los derechos humanos.
Pocos detalles han trascendido sobre cómo nació el amor entre esta pareja, que en sus 12 meses de relación se ha caracterizado por su discreción y su perfil bajo.
La prensa especializada asegura que el flechazo surgió durante un acto benéfico en Italia, pero que el actor, de 53 años, tuvo que insistir para que Alamuddin, de 36 y que profesa la religión drusa, accediera a salir con él.
En octubre del año pasado fueron vistos por primera vez cenando en la Taverna Berners de Londres y seis meses después llegó la gran noticia, cuando Amal fue fotografiada luciendo un espectacular anillo de compromiso.
La pareja ha estado envuelta en una nube de rumores sobre la fecha y el lugar de la boda, hasta que el propio Clooney despejó las dudas al anunciar que se casarían en septiembre en Venecia. «Amal, te quiero hasta la muerte y no puedo esperar más a convertirme en tu esposo», declaró en público hace unas semanas.
Amor y éxito en paralelo. En los últimos 20 años, la vida personal del actor ha sido tan productiva como su carrera profesional, convirtiéndose a la vez en uno de los hombres más deseados del mundo y en uno de los personajes más respetados de Hollywood.
Tras acumular durante una década papeles mediocres en televisión y cine, la fama y el apodo de «sex symbol» le llegaron interpretando al atractivo doctor Doug Ross en la serie «ER».
Su primer gran rol en el cine fue con «Batman & Robin» (1997), que terminó siendo un fracaso. Pero con «Out of Sight» (1998) y «Three Kings» (1999) demostró su poderío en la gran pantalla.
El 2000 fue un año determinante en su carrera: participó en la aclamada comedia de los hermanos Coen «O Brother, Where Art Thou?» («¿Dónde estás, hermano?») y en la taquillera «The Perfect Storm» («La tormenta perfecta», de 2000).
Pero lo más importante es que formó su propia productora junto a Steven Soderbergh, con quien realizó celebradas películas como «Ocean’s Eleven», «Solaris» y «Syriana», el thriller de espías por el que ganó su primer premio Óscar, como mejor actor de reparto.
El segundo Óscar, compartido con Ben Affleck y Grant Heslov, le llegó como productor, cuando el thriller histórico «Argo» ganó en 2013 el Óscar a mejor película.
«No me casaré nunca más«. Clooney celebró todos sus triunfos y se paseó por las alfombras rojas de medio mundo con un sinfín de novias, desde compañeras de profesión, modelos, presentadoras de televisión y deportistas.
Y aunque juró que no volvería a casarse nunca más tras su matrimonio fallido con la actriz Talia Balsam (1989-1993) que «no se me dio muy bien», según dijo en diciembre, cambió de planes tras conocer a la bella libanesa.
Desde que se conocieron, ambos se han dedicado a disfrutar el uno del otro en lugares tan idílicos como Los Cabos (México), las islas Seychelles y la villa que Clooney tiene a orillas del lago Como, en su querida Italia.
El actor solo ha estrenado este año «The Monuments Men», mientras que la abogada rechazó participar en una comisión de la ONU que investiga las violaciones de las leyes humanitarias en Gaza.
La joven, que se instaló con su familia en Reino Unido huyendo de la guerra civil en su país (1975-1990), estudió Derecho en la Universidad de Oxford e inició una prometedora carrera en el terreno de los derechos humanos.
Entre los clientes que defiende el despacho para el que trabaja en Londres está el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y la exprimera ministra ucraniana Yulia Timochenko.
Su compromiso con la defensa de los derechos humanos ha sido sin duda uno de los aspectos que más ha unido a la pareja. Clooney es conocido por su ferviente compromiso con los más desfavorecidos: en 2004 denunció la guerra de Irak, en 2010 recaudó fondos para las víctimas del terremoto de Haití y en 2012 fue detenido ante la embajada de Sudán en Washington por manifestarse contra el presidente Omar al Bashir.
Pero el actor está particularmente involucrado con las víctimas del genocidio de Darfur, a quien la pareja donará el dinero de la exclusiva de la boda, vendida a la revista Vogue.