Al destacado patólogo Sergio Sarita Valdez le preocupa la situación de la medicina forense en el país a nivel público a pesar de los avances científicos que se han logrado en esa materia. Una de sus primeras preocupaciones es las autopsias que se están haciendo en el cementerio Cristo Redentor en pésimas condiciones mientras que en el Instituto Nacional de Patología Forense se pudren los cadáveres por falta de un espacio adecuado y el Instituto Nacional de Ciencias Forenses carece de equipos necesarios para esos procedimientos.
Al desglosar cada una de estas situaciones, Sarita no oculta su frustración pues en 1981 llegó al país luego de formarse en Estados Unidos, con un proyecto para elevar el nivel de la práctica forense y los sucesivos gobiernos ignoraron su propuesta.
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Cementerio
“No vayan al Cristo Redentor que si no cae muerto le da un patatus”, con esta expresión en términos tan criollos, Sarita indica que ese cementerio el hedor a cadáveres en descomposición es insoportable a falta de un verdadero sistema de refrigeración para conservarlos para la necropsia. Agrega que son constantes las quejas de los vecinos del rededor.
Mientras que en el edificio de la zona universitaria, donde opera el Instituto Nacional de Patología Forense que lleva su nombre, tampoco hay condiciones y se acumulan los cadáveres que requieren ser analizados, apunta.
En tanto que en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), dependencia de la Procuraduría General de la República, no cuentan con equipos necesarios ni personal, por lo que algunos estudios tienen que hacerse en laboratorios privados o fuera del país.
“Cuando se habla de un instituto de ciencia forense usted está hablando de que tiene microscopía electrónica, laboratorio molecular, facilidades para investigar todas las drogas”, detalla Sarita.
Personal
Otra agravante del cuadro forense dominicano es la falta de médicos del área, ya que al año egresan entre 5 y 7 de la residencia que imparte el Ministerio de Salud Pública, lo que resulta insuficiente para tener un especialista en cada uno de los 157 municipios del país, a sabiendas de que en los más grandes se requieren al menos dos.
Pero no siempre los egresados son contratados por el sistema público y entonces algunos optan por hacer otra especialidad para lograr un empleo, agrega Sarita.
Hospitales y funerarias
Al abordar la situación de los hospitales, Sarita dice que las morgues que tienen no son espacios preparados para conservar cadáveres, tras citar que en el José María Cabral y Báez, ubicado en Santiago, es uno de los poco que tiene una área mejor adecuada.
Refiere las grandes funerarias están mejorar preparadas y algunas de ellas son usadas para realizar autopsias, sobre todo a cadáveres de extranjeros que deben ser llevados fuera del país o familias que pueden pagar y se disponen los espacios para que los forenses realicen las necropsias. Mientras tanto muchos cadáveres de están “en el limbo”, por falta de recursos.
Y si ocurre un desastre….
El doctor Sarita no le gusta que lo vean como fatalista, sino como una persona prevenida, por lo que insiste en que el país debe estar preparado en materia forense para un desastre que cause cientos de víctimas como ha sucedido.
¿Dónde van a poner esos muertos?, se pregunta al recordar el accidente área de Puerto Plata cuando murieron 189 personas, mayoría alemanes. O el caso del incendio en la cárcel de Higüey con 136 fallecidos que hubo que colocar el camiones frigoríficos privados para hacer las debidas autopsias.