RD ahorraría 2.8% del PIB si elimina filtraciones en subsidios y exenciones

RD ahorraría 2.8% del PIB si elimina filtraciones en subsidios y exenciones

República Dominicana podría ahorrar el 2.8 por ciento de su producto interno bruto si elimina las filtraciones en las transferencias y subsidios a través de los programas sociales, energía y gasto tributario, plantea el libro Ahorrar para Desarrollarse: Cómo América Latina y el Caribe Pueden Ahorrar Más y Mejor.

Según los datos del libro, que forma parte de las publicaciones insignia del BID sobre Desarrollo en las Américas, República Domincana sería el tercer país de la región que más se ahorraría por esos conceptos, después de Argentina y Bolivia.

El estudio plantea que los países de América Latina y el Caribe deben concurrentemente esforzarse en generar más ahorro eliminando las filtraciones en los programas de transferencias y subsidios que en muchos casos acaban beneficiando a aquellos que no los necesitan.

La magnitud de las filtraciones es tal que de evitarse podrían proveer fondos suficientes para cerrar la brecha de inversión en infraestructura de la región al nivel de la de economías avanzadas.

De acuerdo a los datos del estudio, la brecha entre el ahorro y la inversión en la República Dominicana es del 3.2 por ciento del PIB. El promedio de la región es de 3.7 por ciento.

El libro identifica áreas clave en las que los gobiernos de la región podrían ahorrar más y gastar de manera más eficiente.

La asistencia social, gastos tributarios (excenciones fiscales) y subsidios energéticos sufren “filtraciones” más prominentes, entendiendo por esto que acaban beneficiando más a los ricos que a los pobres, por un monto de aproximadamente US$ 100,000 millones al año.
Las ineficiencias en salud y educación representan otros US$50,000 millones en potenciales desahorros anuales.

Los sistemas de pensión son otra restricción para los ahorros. Menos de la mitad de la población de América Latina y el Caribe ahorra para su jubilación a través de un sistema de pensión contributiva, problema que, a menos que se corrija, empeorará conforme envejezca la población.

Además, los gobiernos tienen dificultades a la hora de recaudar impuestos, con una evasión estimada del 52 por ciento de la recaudación potencial en América Latina y una estructura de impuestos que penaliza el ahorro.

Las políticas impositivas necesitan estar mejor orientadas, evitando que los ahorros sufran una doble tributación, primeramente cuando son generados por la empresa y luego cuando se distribuyen a los hogares como dividendos. A su vez, las tasas de impuestos a la renta corporativa deberían alinearse con las tendencias internacionales para facilitar la formalización de empresas informales y reducir la evasión.

Los gobiernos deben apuntalar el gasto de capital estableciendo regulaciones fiscales y reglas que destinen una proporción mayor del gasto público a las inversiones.

Deben concurrentemente esforzarse en generar más ahorro eliminando las filtraciones en los programas de transferencias y subsidios que en muchos casos acaban beneficiando a aquellos que no los necesitan.

La región tendrá importantes desafíos fiscales en los próximos años, y el informe asegura que incrementar los ahorros sería una de las claves para garantizar tanto el crecimiento como la fortaleza de las economías.
La tasa de ahorro nacional en América Latina y el Caribe fue de tan solo el 17.5 por ciento del PIB entre 1980 y 2014, muy por debajo del 33.7 por ciento registrado en las economías emergentes en Asia y el 22.8 por ciento correspondiente a economías avanzadas. Solo África subsahariana registró ahorros inferiores, con un 13.8 por ciento.

En lugar de transferir recursos directamente a los hogares que lo necesitan a través del gasto presupuestario, los gobiernos a menudo ofrecen desgravaciones tributarias y, por tanto, transfieren recursos de manera indirecta a través de las exenciones fiscales.

Con el objetivo de proteger a los pobres, en muchos países están exentos de impuestos numerosos bienes y servicios que tienen un fuerte peso en la canasta de consumo de esa fracción de la población, como alimentos, medicamentos y hasta alquiler de viviendas.

Esta política es una de las que más se presta a la filtración, dado que la mayor parte de lo que no se recauda en impuestos (o sea, el “gasto tributario”) termina beneficiando a personas más acomodadas que normalmente gastan más que los pobres en términos absolutos en cada una de las categorías que son exentas de impuestos.

En el caso de la energía, el estudio del BID señala que muchos hogares que no son pobres pero que consumen menos de 150 kilovatios hora perciben el subsidio.
Este grupo constituye lo que suele llamarse “error de inclusión” o filtración.
El total de los subsidios que se proporcionan a estos hogares dan una medida de la filtración en los subsidios de la electricidad.

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