Melvin Matthews 
El crecimiento económico de la República Dominicana es innegable; al respecto, se reclama mayor equidad en la distribución de esa sostenida pujanza económica, lo que equivale a pedir la democratización del gasto público. Que este expendio social llegue hasta los más necesitados, los depauperados, y a la clase media, sectores tradicionalmente marginados.
Esa parte social, democratizadora del crecimiento económico, es la que está cumpliendo el presidente Danilo Medina a través de las políticas públicas emprendidas desde las distintas atalayas de la administración del Estado. Precisamente por eso, me parece una insensatez la afirmación de que el mandatario, en dicho lapso, nada ha hecho por el país. Y creo, además, correcta la campaña de concienciación emprendida por la Dirección General de Comunicaciones de la Presidencia, a cargo de Roberto Rodríguez Marchena, bajo el título “RD Crece y se democratiza”, porque, como dijo el presidente Medina, “la verdad tiene pocos dolientes” en estos tiempos de posmodernidad.
Teleférico y Línea 2 del Metro apartes, fijémonos en el valor humano que representa la entrega de 39 hospitales remozados y 41 Centros de Diagnóstico y Atención Primaria, sin mencionar la mejoría salarial y las condiciones laborales de médicos y personal auxiliar. Fijémonos en “la revolución educativa”, que no es invisible: 1,086 nuevas escuelas que albergan a 1,153,880 en la tanda extendida con la alimentación apropiada y computadoras gratuitas, más miles de maestros con mejores salarios, con programas actualizados, plazas por concursos y tecnología al día.
Quedo corto frente a las compras públicas, la adjudicación de obras mediante concurso, los miles de viviendas construidas, carreteras, caminos y puentes, el manejo pulcro de los recursos del Estado, la soberanía alimentaria que apoya al turismo, fomento de las exportaciones y la agricultura y otros logros. La obra de Danilo es visible por doquier.
