Reclama reconocimiento para Roberto Bourle Marx, el más importante arquitecto paisajista del siglo XX, nativo de Brasil, quien asesoró y lideró los trabajos del Parque Mirador Sur y, sin embargo, nadie lo ha mencionado. En uno de sus viajes al país, al urbanista lo acompañaron Eugenio Pérez Montás y Manuel Valverde Podestá.
Tampoco se ha citado en los trabajos sobre el conjunto al arquitecto Ramón Vargas Mera, autor de los planos de la ciudad en los que ya estaban incluidas las avenidas Anacaona y Mirador del Sur. Este debió exiliarse en 1960, perseguido por la dictadura.
Está en desacuerdo, además, con la propuesta del arquitecto Pedro Haché que consiste en eliminar la acera sur de la Anacaona, para ampliarla.
Y tampoco coincide con arquitectos que otorgan al presidente Joaquín Balaguer la posición de director de esas y otras obras.
Atribuye a la administración de Roberto Salcedo, por otro lado, la transformación de las aceras de la Anacaona “de muy mala manera: las llevó muy altas, son inaccesibles”.
Marcos Barinas es arquitecto, urbanista, catedrático universitario e investigador de la historia del urbanismo y la arquitectura dominicanos. Hace poco ofreció una conferencia sobre Paisaje urbano y modernidad en Santo Domingo, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
En la Anacaona no hay problemas. Para Barinas, en la avenida Anacaona no existe un problema vial. “La solución al impacto de los vehículos no se logra convirtiendo aceras en parqueos o construyendo edificios de aparcamientos. Mientras más facilidad das al automóvil privado, más vehículos aparecen, es una lógica ya universal que algunos profesionales se niegan a entender”, afirmó.
Para él, la solución está, precisamente, en crear más opciones, no eliminarlas, como infiere, con buenas intenciones, el arquitecto Haché”.
Balaguer no fue el líder. A Marcos Barinas le despertaba curiosidad apreciar cómo una ciudad con un sistema de parques tan coherente, de primera calidad, no tuviera como cabeza un diseñador que fuera el líder de los profesionales que intervenían en el diseño y la construcción del Parque Mirador Sur. Consultó algunos ingenieros y arquitectos y todos le contestaban que los dirigía Balaguer, quien los llamaba de manera independiente.
“Eso nunca me convenció, porque en la historia de las ciudades, los líderes autoritarios siempre han querido que se les vincule, pero eso fue en la época clásica, en la modernidad las ciudades tienen un sistema de construcción y diseño de parques con técnicos como Frederick Law Olmsted que diseñó el Central Park, el Prospect Park, de Nueva York y el Emerald Necklace, en Boston Massachusetts; Robert Moses, que trabajó en la periferia de Nueva York; Roberto Bourle Marx, en Río…”.
Comenzó a investigar. Un piloto le comentó que aquí venía siempre un arquitecto y volaba con Balaguer sobre el país. Tras esa revelación se dedicó a indagar para satisfacer su incógnita y la primera pista se la dio Rosángela Bobea, hija del escritor Mario Bobea Billini: le mostró correspondencia donde su padre le cuenta sus recorridos con Roberto Bourle Marx. Una es del 11 de agosto de 1972 y le comenta:
“En estos días hemos estado muy ocupados con la visita del Dr. Roberto Bourle Marx, famoso arquitecto de paisaje brasileño que ha creado un nuevo estilo de paisajismo tropical en jardinería y cuya obra, “Los jardines tropicales de Bourle Marx”, en inglés, debe estar en la biblioteca de tu universidad”.
Le narra excursiones por Rancho Arriba, San José de Ocoa, y en otras montañas con “Bourle Marx, Benjamín, Manolito Valverde y el botánico profesor Marcano”.
La visita de Bourle Marx, le escribió, fue por invitación del Gobierno “a fin de que haga recomendaciones acerca de los jardines que se están construyendo…”.
Barinas encontró después crónicas y artículos de María Ugarte, una de septiembre de 1972 anunciando que Bourle Marx llegará acompañado de los arquitectos José Tabacow y Haryuochi Ono, invitado por el Gobierno “para observar y cooperar con el rescate y planificación del programa en zonas verdes que se desarrolla en el país”.
En agosto de 1972, Listín Diario le dedicó un editorial a su visita, y en un reportaje en El Caribe titulado “Las vías de penetración y los bosques”, Bobea Bilini lo cita: “Bourle Marx no salía del asombro por las devastaciones y las laderas de Piedra Blanca”.
Bourle Marx y el Mirador Sur. Aunque no existen documentos que lo avalen, Marcos Barinas tiene el convencimiento de que Bourle Marx trabajó en uno de los segmentos del Mirador Sur, o asesoró a quienes los diseñaron. Manuel Valverde Podestá, refiere, concursó en 1969 para la obra, pero aún se encontraba estudiando y se integró al equipo en 1971.
“Durante su permanencia en la República Dominicana (Bourle Marx) visitó los proyectos de la capital y viajó a Samaná. Y sus observaciones fueron anotadas por los arquitectos designados para acompañarlo: Manuel Valverde, quien fuera durante años su discípulo, y Eugenio Pérez Montás”, escribió María Ugarte el 16 de septiembre de 1972.
“Nunca ha estado en mis manos un informe de campo sobre las aportaciones y los mandatos, pero según investigué, él hizo recomendaciones, iba a los lugares, trazaba direcciones, decía cómo se debían dirigir ciertas acciones”, opinó Barinas.
Está seguro de que Bourle Marx ofreció sugerencias en el primer segmento, a cargo de Cristian Martínez, “e intervino en el segundo, con Pérez Montás y Valverde”.
¿Cómo participó? “Me atrevería a decir que en términos de la programación funcional del parque, la selección de la flora y la programación de las vistas, porque a pesar de que el Parque Mirador Sur no inició con él, para mí, ese es el espacio más “Bourlemarsiano” que tiene la ciudad de Santo Domingo, por su atención al tema topográfico y por su cualidad cinemática”.
Y explica: “es escenográfico, es como una película, experimenta la velocidad, mira la distancia, mira el mar. La manera en que fue diseñada la flora evita distraer respecto a la vista”.
Expresa que Valverde “fue su alumno, y la influencia es muy directa”.
Concluye opinando que la ciudad y el sistema de parques no surgieron de Balaguer, “sino de un grupo de profesionales, entre los que estaba el más famoso del mundo, porque a Bourle Marx es al único al que se le puede atribuir la concepción del paisajismo moderno”.
Y reitera que él “estuvo aquí con un equipo, asesorando a Balaguer, planificando”.
Dice que Bourle Marx “es una de las glorias de la planificación paisajista de la historia de la humanidad” y que, en consecuencia, para el país constituye un honor haber contado con sus conocimientos y experiencias”.
Y añade: “A mí lo que me molesta es el endiosamiento que se le quiere dar a Balaguer. Tiene sus méritos, supo identificar a los mejores arquitectos para hacer su obra”. Pero no concibe que él lideró ni dirigió trabajo alguno.