Berlín.- El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial de Comercio (OMC) reconocieron hoy que el comercio internacional se encuentra en un momento “crítico” por el “impacto negativo” que ha tenido en el empleo de determinados grupos y comunidades.
Ésta es la conclusión de un informe de estas tres instituciones multilaterales -favorables al libre comercio y a la globalización económica- presentado hoy en Berlín por la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, el presidente del BM, Jim Yong Kim, y el director general de la OMC, Roberto Azevêdo.
No obstante, el documento, de 64 páginas, argumenta que el comercio internacional no tiene por qué generar estos problemas y afirma que los efectos negativos se pueden reducir “con las políticas correctas” a nivel nacional, que deben “suavizar la adaptación al comercio” y “reforzar la flexibilidad y el rendimiento” económicos.
“El comercio está dejando atrás a demasiados individuos y comunidades, especialmente en las economías avanzadas”, asegura este texto, titulado “Hacer del comercio un motor de crecimiento para todos- En defensa del comercio y de las políticas para facilitar la adaptación».
El informe apunta a “recientes evidencias sobre los efectos de la competencia vía importaciones en los empleos manufactureros de ciertas áreas de Europa y Estados Unidos”, lo que “demuestra la dureza que pueden tener esas consecuencias” si no se articulan de forma simultánea políticas paliativas.
“En el futuro, mitigar los costes de reajuste del comercio debe ser un elemento central más de las reformas comerciales, para evitar el coste social y económico y para asegurar un amplio apoyo por el comercio” internacional, propone el informe.
En este sentido, el FMI, el BM y la OMC proponen una batería de medidas que van desde cambios para flexibilizar el mercado laboral a reformas educativas y mejoras en las políticas sociales.
En materia laboral, las tres instituciones abogan por facilitar la movilidad tanto entre sectores productivos como entre regiones, así como aumentar las políticas activas de empleo (asistencia a la búsqueda de trabajo, programas de entrenamiento) y consolidar las prestaciones públicas por desempleo.
Además, proponen que los sistemas educativos preparen a los futuros trabajadores para un mercado laboral de demandas cambiantes y que las leyes de todos los ámbitos no frenen la movilidad de las personas.