Recordar a Rafi Vásquez en el Centro Cultural Banreservas

Recordar a Rafi Vásquez en el Centro Cultural Banreservas

El Centro Cultural Banreservas se ha convertido en uno de los lugares preferidos de arte y cultura, no solamente por la calidad de sus manifestaciones, sino por la acogida que propicia a los visitantes, y por una vibración emotiva que se comunica junto a exposiciones y actos esmeradamente organizados.

Acaba de presentar una muestra, realmente deliciosa, del gran artista puertoplateño Rafi Vásquez. Un documental, breve y fascinante, de Héctor Ulises Montás acompañó y duplicó, con imágenes exquisitas, los encantos de un paisajismo excepcional. Sensibilidad, fervor, espontaneidad, refinamiento, sofisticación están (re)unidos…

Después de mirar estas palmeras, soñaremos con ellas un encuentro en Puerto Plata, disfrutando sus montes y alturas, sus valles y llanuras, sus caminos y orillas acariciadas por el mar, que el pintor nos ha brindado en cuadros de distintos formatos…

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El artista y la exposición

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Rafi Vásquez, nacido Rafael Antonio Vásquez Moya, en 1933, de una familia prestigiosa, en Puerto Plata, allí partió en 2022, y ojalá cuide con el amor y la ciencia que le pertenecían, los jardines del paraíso.

Fue una vida entregada a la naturaleza, desde la precocidad de sus dotes de artista, siempre motivado por la flora que no solo él exaltaba en el papel y la tela, sino también cultivaba en la tierra de su casa.

Quienes no vivían cerca, se maravillaban al descubrir una de sus obras en alguna colección, o en una colectiva como sucedió en la exposición de arte de la provincia de Puerto Plata, en la Galería Nacional de Bellas Artes.

Otro puertoplateño de excepción, el artista y escritor Danilo de los Santos, dedicó a Rafi Vásquez palabras insuperables: “Asociado a la decoración, al paisajismo y a la jardinería, Rafi es sobre todo un discreto, pero reconocido artista, con dominio en la pintura de aguada. Asegurando de que “no es él que ha escogido la técnica, sino que él ha sido escogido por la acuarela”, se sirve de este medio para transcribir la geografía dominicana, sus paisajes marinos, montañosos, palmeros, celestiales y urbanos (…). Su mirada de puertoplateño sentimental se vuelca sobre las imágenes de lo que fue un “pueblito encantador”, repleto de victorianismo arquitectónico y paisajes populares de las calles”.

Paisaje y verdor

Rafi Vásquez, dibujante emérito, ha sabido representar la figura humana, los niños especialmente, con una habilidad que incluía expresión y animación: era, como solía decir Cándido Bidó, “la gente de su pueblo”.

Ahora bien, entre los artistas magistrales dominicanos, le distinguen sus paisajes que nadie ha interpretado con tanto frescor, soltura y romanticismo.

Mirar una de sus palmeras es también sentir la brisa que las mece… y les comunica vida. Ningún paisajista ha inspirado tanta inclinación por la metáfora y la alegoría…

Los árboles, desde su tapis de herbaje, con sus siluetas largas y delgadas, con sus tupidas cabelleras de palmas, evocan personajes de alta distinción, reunidos, alineados o dominando el panorama. Y por supuesto hay un color que los vuelve especiales y testimoniales: el verde.

Nos parece que tampoco ningún otro pintor ha logrado usar el verde con igual densidad, variedad y luminosidad. Decía el pintor francés Szekely… que había 500 tonalidades de verde. No creemos que Rafi Vásquez llegara a tantas, pero aquella riqueza verdeante, particularmente cuando contrasta con el blanco, es pura poesía visual.

Hemos de mencionar paralelamente los cielos conmovidos, el mar apacible, la callecita aldeana, los montes rechonchos, en fin los espectáculos naturales, circundantes y palpitantes, que un pincel virtuoso ha llevado a la acuarela, el óleo o el acrílico.. Ciertamente, necesitamos una magna exposición homenaje, antológica y retrospectiva.

No dejamos de pensar, pasando de una percepción a otra, en el “Puerto Plata” del trovador Juan Lockward: “Yo nací en la falda de la loma/yo nací a la orilla de la mar.? Me arrullaron las palomas/ el cantar de un arroyuelo/ y la brisa de un palmar./ Puerto Plata, pueblito encantado/ Mi sueño dorado por siempre serás”.