Los días difíciles o malos en cualquier circunstancia de la vida van a llegar. No existen vacunas, jarabe o pastillas que puedan prevenir los días difíciles.
El estado emocional con que se percibe un día difícil puede agravarlo más o dimensionarlo. Si la percepción es fatalista, negativista y pesimista, el día difícil puede pasar a una semana, meses o a episodios de donde no se ha podido salir o superar.
Los espacios donde se activa o se presenta el día difícil puede ser en la familia, en el trabajo, en el ambiente, con la pareja, los amigos o en la misma persona, si la tendencia es la desregulación emocional, su mal manejo de la ira, sus impulsos y sus pensamientos distorsionados y limitantes que, le llevan a personalizar una diferencia o construir un conflicto donde no existe.
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Esperar el “día con el pie izquierdo” como suelen decir las personas, o una racha de mala suerte donde todo lo que se ha intentado ha salido mal.
La verdadera trampa no es el “día difícil” es, la mala gerencia que hacemos de él, de no saber sortearlo, ni administrarlo de forma asertiva.
La ausencia de fortaleza emocional, de flexibilidad, de aceptar un día difícil; aprender en medio de la frustración, la decepción, la rabia o el enojo, a mantener la calma, respirar, hacer silencio, tomar agua, lavarse la cara, aprender a tomar distancia o limite en medio del malestar del día difícil, es la mejor manera de gerenciar y administrarse ante las energías negativas de un “día difícil”.
Las personas más inteligentes, adaptativas, flexibles y funcionales, identificar y movilizar a su “Red de apoyo”: es una especie de comité central y político de sus afectos, del autocuidado, del acompañamiento con la que usted siempre cuenta, como se dice, personas que están siempre detrás de la puerta.
Esa red de apoyo puede ser emocional, en lo psicológico, lo financiero, en los servicios, en una circunstancia, con una llamada, alguien que te escuche, o que este presente para acompañar en ese “día malo o difícil”.
El día difícil se hace una verdadera tormenta cuando no se tiene red de apoyo, o individualmente no hay una estructura psicoemocional de la personalidad para aprender a “salir bien cuando a otro le va mal”; el saber qué hacer en medio de un día difícil, mantenerse enfocado, priorizar las actividades, hacer pausa, valorar las consecuencias y los riesgos, son enfoques de las personas con inteligencia emocional y social.
A veces se puede perseverar en el día difícil, pero si las emociones no van congruentes que estado mental, su actitud de vida, es inteligente la prudencia, el silencio, la reflexión, la pausa y buscar la ayuda o tocar puertas en su red de apoyo.
La parte peor en medio de un “día difícil” es, ser obstinado, ser necio, inflexible, forzar mas de lo posible, e imponerse¡ cueste lo que cueste. Las personas psicorigidas, impulsivas y desafiantes, un día difícil puede terminar en una calamidad, en un riesgo mayor socialmente hablando.
Resumiendo, todos estamos expuestos a “días difíciles”, la red de apoyo es fundamental como la solidaridad, el altruismo, la compasión, la reciprocidad y la ayuda para salir bien. Si existe un sistema de creencia distorsionado y limitante el día difícil puede rumiarse en sus pensamientos y en sus emociones.