BOSTON .— El dominicano David Ortiz completó su gira de despedida por Grandes Ligas, recopilando tributos de rivales que vieron como les destruía una ventaja en las últimas entradas (o un teléfono en la caseta).
El regalo que recibió de sus compañeros de Boston ha sido el mejor de todos. Luego de dos temporadas consecutivas en el último lugar, el equipo al que Ortiz transformó de una franquicia maldita en campeones, se determinó despedirlo en la cima.
Y con el título del Este de la Liga Americana devolviéndolo a la postemporada, el adorado “Big Papi” tiene la oportunidad de lograr su cuarto anillo de Serie Mundial, algo que solo un jugador en la historia de los Medias Rojas ha conseguido.
“Definitivamente es algo para escribir en los libros de historia”, dijo el jardinero de los Medias Rojas, Mookie Betts, quien ayudó a comandar la recuperación del equipo y, al igual que Ortiz, aspirante al trofeo de Jugador Más Valioso de la Liga Americana. “Alguien que está en su último año y goza de una temporada como esta es definitivamente algo increíble”.
No fue hace mucho que los Medias Rojas eran una franquicia atormentada, con generaciones de aficionados de Boston que pasaron y se fueron sin ver al equipo campeón.
En 2003, la primera campaña de Ortiz con los Medias Rojas, sumaron otro doloroso capítulo con un colapso en el séptimo juego ante los Yanquis de Nueva York en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
No había motivos para pensar que el desenlace sería distinto cuando ambos equipos disputaban un lugar en la Serie Mundial al año siguiente — y mucho menos luego de que los Yanquis ganaron los tres primeros juegos. Pero con batazos para ganar el juego en extra innings en partidos consecutivos, Ortiz ayudó a que Boston se convirtiera en el primer equipo de Grandes Ligas en remontar una desventaja de 3-0 en una serie al mejor de siete.
Los Medias Rojas se enfilaron para barrer a los Cardenales de San Luis y obtener su primer campeonato en 86 años, y los miembros de ese equipo se convirtieron en héroes en Boston. Solo Ortiz permaneció para sumar otros dos anillos. Los Medias Rojas se volvieron a alzar con el título en 2007, pero para 2013 sumaban tres años sin llegar a playoffs.
Ortiz era el único miembro restante del catártico campeonato de 2004, y la opción lógica para levantar a la ciudad luego del atentado en el Maratón de Boston.
Al tomar el micrófono en el montículo de Fenway en el primer juego en casa tras el ataque, Ortiz declaró: “Esta es nuestra ciudad. Nadie va a dictaminar nuestra libertad”. Luego, enaltecidos por el orgullo cívico tras los atentados, los Medias Rojas volvieron a la Serie Mundial.
A Ortiz le quedaba un discurso más por dar. Abajo 2-1 en la serie ante San Luis y con la pizarra empatada en el cuarto juego, Ortiz reunió a sus compañeros en la caseta y les pidió que no dieran esta oportunidad por sentada.
“Siempre que alguien se pone el uniforme, hay una presencia”, dijo el jardinero Jonny Gomes tras el hecho. “Y que este tipo quiera impulsarnos con una charla motivacional, fue como 24 alumnos del jardín de niños viendo a su maestra. Recibió la atención de todos y todos lo vimos a los ojos, y ese mensaje fue muy poderoso”.
Los Medias Rojas ganaron tres en fila para quedarse con el título en seis juegos. Ortiz bateó para .688 y se quedó con el honor del Jugador Más Valioso de la Serie Mundial. Pero a esa campeonato le siguieron dos campañas en el sótano de la división, temporadas en las que los Medias Rojas ni siquiera fueron competitivos.
El 18 de noviembre de 2015, en su cumpleaños 40, Ortiz anunció que jugaría solo una campaña más. “Llegó la hora”, dijo en un video publicado en The Players Tribune. “Disfrutemos la temporada”.
Para los Medias Rojas, la misión era obvia: “Si eres aficionado del béisbol; si eres fan de los Medias Rojas de Boston o jugador de los Medias Rojas de Boston, debe ser bastante aparente lo que él significa para este equipo”, dijo el gerente general Mike Hazen.
“Nadie quiere ver que alguien así termine de esa forma su carrera”. Y mucho menos Ortiz. Lejos de mostrar su edad, Ortiz tuvo una de las mejores temporadas de su carrera. Se convirtió en el jugador de mayor edad en conectar 30 cuadrangulares. Ya cuenta con más jonrones y carreras producidas en su temporada final que cualquier otro jugador en la historia.
En el camino, superó a Ted Williams y Mickey Mantle en la lista histórica de jonrones, y a Carl Yastrzemski y Lou Gehrig en la lista de extravases. Y la noche del miércoles, Boston aseguró su tercer campeonato del Este de la Liga Americana desde 1995.
Si Ortiz puede ganar ese cuarto anillo, será el primer jugador de los Medias Rojas desde Harry Hooper en 1918 en jugar y ganar cuatro Series Mundiales. “Poder estar en los playoffs en este momento es algo muy especial”, dijo Ortiz durante el festejo en Yankee Stadium. “Será mi última postemporada, así que la voy a disfrutar de la mejor manera posible”.