Siguen regresando voluntariamente al país dominicanos que vivían ilegalmente en diversos países, incluyendo Estados Unidos y Puerto Rico, de los cuales más del cincuenta por ciento son mujeres de distintas edades.
Los nacionales están llegando con cartas de ruta de los consulados y otros documentos desde Venezuela, Panamá, España, Francia, Argentina, Chile, San Martin, Guadalupe, Martinica y otras naciones.
Muchos de los criollos viajaron a los países a esos con visas y otros documentos legales, pero permanecieron en ellos más tiempo del otorgado por los servicios de inmigración, convirtiéndose en ciudadanos ilegales.
Los dominicanos declararon a las autoridades nacionales que vivían en zozobra en las calles y escondidos en lugares debido a la persecución de los servicios de inmigración y policiales de esos países.
También dijeron que para poder sobrevivir tenían que soportar explotación por parte de algunos empleadores, corriendo el riesgo de ser sancionados con multas y prisión por los organismos federales, especialmente estadounidenses y puertorriqueños.
Muchas de las mujeres también testimoniaron que para poder subsistir en los lugares donde se encontraban, tuvieron que realizar labores domesticas, vender producto y chucherías en las calles, así como trabajar en centros nocturnos.
Según informaciones muchos de los criollos que llegaron de forma voluntaria al país, pudieron regresar con sus propios documentos y cubriendo sus gastos, mientras que otros con cartas de ruta, con el apoyo de otros criollos y amigos de las naciones donde estaban.
En tanto, por instrucciones de la Dirección General de Migración los dominicanos que vienen voluntariamente con cartas de ruta son despachados a sus hogares en el país, desde los mismos aeropuertos por donde regresan.