Rémora

Rémora

En el habla del español dominicano, rémora es un vocablo bastante conocido. Su uso se aposenta, principalmente, en la jerga política. Pero personas hay que se interesan por conocer su origen y el alcance de frases como: “Tú no eres más que una rémora del progreso del país”.
En la etapa inmediata a la caída del régimen de Trujillo la usábamos como calificación y desahogo de lo que fue en sangre, violencia, corrupción centralizada en las más altas autoridades de la tiranía, del 1930 hasta el 1961, con violación de todos los principios. Al paso de los días, el término descendió a su nivel de reposo, y ya lo escuchábamos con menos frecuencia. Pero estamos alertas.
En su momento acudimos al diccionario mayor de la Real Academia de la Lengua (DRAE). Éste nos ofreció el contenido de tan curiosa palabra: Pez marino de 40 centímetros de largo y de 7 a 9 de diámetro. De color ceniciento, con aletas dorsal y ventral que nacen en la mitad de su cuerpo y se extienden hasta la cola.
Las características que provocan el empleo del símil con la voz indicada, se debe a que este pez tiene en la cabeza un disco oval formado por una serie de láminas cartilaginosas móviles, disco con el cual hace el vacío para adherirse fuertemente a los objetos flotantes.
Por la forma de ser activa, el DRAE resalta que los antiguos le atribuían a esta especie la capacidad de detener las naves. En una segunda acepción, la Academia registra rémora de la siguiente manera: ‘cosa que detiene, embarga o suspende’. La situación de apertura política ofreció el clima de enfrentamiento entre los dos polos de mayor encono en los debates que representaba cada extremo. Rápidamente, los que eran tildados de ser “rémoras de las reivindicaciones” a que aspiraban las clases más desprotegidas fustigaban a los representantes del sector contrario, tildándolos de abanderados del “comunismo ateo y disociador”.
El DRAE nos ofrece iniciaciones y rasgos históricos. El Diccionario español de sinónimos y antónimos, de Federico C. Saínz de Robles, incluye /rémora/ con estas afinidades: atasco, atranco, dificultad, impedimento, galaneo. A la vez presenta los siguientes antónimos: actividad, prisa, facilidad, ayuda, Editora Aguilar, 8va. edición, 2da. reimpresión, 1985.
La Enciclopedia del idioma, tomo III, letras N-Z, también de Aguilar, obra de Martín Alonso, que abarca desde el siglo XI hasta el XX, histórico y moderno: etimología, tecnología, regional e hispanoamericano, confirma rémora como voz latina, y reafirma la cualidad de detener las naves.
Este vocablo tuvo entrada bien temprano en el Diccionario de autoridades, primera presentación de una pieza de tal naturaleza, a cargo de la Real Academia de la Lengua, tomo quinto, letras O-P-Q-R- (1737). Es una edición facsimilar a cargo de la Editorial Gredos, Madrid, 1969, y reduce la entrega a tres volúmenes, es concentrado el material, sin dejar nada afuera. El volumen que recoge la palabra /rémora/ va ahora en el tercero y último, de los que abrazan las letras de la O a la Z. Esta labor correspondió a la responsabilidad de la Biblioteca Románica Hispánica, bajo la dirección de Dámaso Alonso.
El Diccionario inaugural de la Academia, publicado originalmente en seis tomos, dentro de los tres tomos, años 1726-1739; pero la edición facsímil se distribuyó en tan sólo tres tomos, año 1963; por Editorial Gredos, Madrid, España.
Desde aquella etapa (siglo XVIII) se dio entrada al término: “Rémora .f.f. Pez pequeño cubierto de e/f/pinas y conchas, de quien /f/e dice tener tanta fuerza, que detiene el cur/f/o de un navío en el mar. Es voz puramente latina”. Fue incluida desde la primera edición del Diccionario de la lengua, hasta la última publicación, vigésima tercera (23ª), conmemoración del tercer centenario de la fundación de la Real Academia Española, 2013.
Nota (1): Transcribimos /f/ como /s/ en: e/f/pinas; de quien /f/e dice =/s/e dice y cur/f/o = cur/s/o, tal como se escribía en la época.

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