Con cerca de 100 muertes, principalmente niños, y más de 800 casos graves, República Dominicana vive el más alto nivel de dengue de los últimos años y las autoridades buscan el apoyo de iglesias y universidades para tomar medidas preventivas.

“Es un gran desafío”, afirmó el viernes Altagracia Guzmán, ministra de Salud, en una reunión con pastores evangélicos en la que les pidió que enfoquen sus esfuerzos a difundir entre sus comunidades religiosos los métodos para prevenir la enfermedad. Según estadísticas del ministerio de Salud, hasta el comienzo de esta semana 97 personas habían muerto por dengue en lo que va del año, una cifra que prácticamente duplica a los 52 decesos registrados en el mismo periodo del 2014.

Además este año se han reportado cerca de 8.500 casos, de los cuales 827 llegaron a niveles de gravedad. El principal hospital infantil de Santo Domingo atendió esta semana más de 60 casos, detalló Clemente Terrero, subdirector del nosocomio.

En alerta. El ministerio de Salud estableció un alerta de dengue para 29 de las 32 provincias. A pesar el del incremento de los casos y número de decesos, Guzmán insiste en que aún no se puede considerar una epidemia. Guzmán había explicado que el incremento de los decesos podría deberse a diagnósticos incorrectos y tratamientos equivocados, ya que es difícil identificar la enfermedad debido a su parecido sus síntomas con la gripe y la chikungunya.

El dengue es transmitido por la picadura del mosquito aedes aegypti, que también puede portar el virus de la chikungunya, y entre sus síntomas se encuentran fiebre, vómito, diarrea, dolores musculares y de los ojos. Guzmán también se reunió recientemente con sacerdotes católicos para pedirles que incluyan en sus homilías información sobre la enfermedad y los métodos para prevenirla.

El ministerio de Salud también estableció acuerdos con universidades para que cientos de estudiantes de medicina se incorporen a las labores de detección y atención de la enfermedad en las zonas más vulnerables. Debido a que el mosquito transmisor del dengue se reproduce en agua estancada, cualquier recipiente del líquido, incluso un florero dentro de una vivienda o una cisterna, pueden convertirse en criaderos del insecto.

El ministerio de Salud aseguró que más de 30.000 voluntarios de diferentes instituciones públicas visitan las casas de las zonas afectadas por el dengue para aplicar larvicidas en los depósitos de agua y destruir posible criaderos del mosquito.