Los dueños de restaurantes alertan que el 50% de sus negocios podrían quebrar y perderse miles de empleos si se implementa un toque de queda nocturno para declarar nuevamente un estado de emergencia por 45 días como solicitó el Poder Ejecutivo debido a la reciente evolución epidemiológica del COVID-19.
El presidente de la Asociación Dominicana de Restaurantes (Aderes), Rafael Cabrera, advierte de la critica situación que vive el sector, pues abrieron el primero de julio y solo el 15% de los restaurantes consiguió reabrir su negocio.
Resaltó que este sector tiene más de 3,650 negocios en todo el país, con más de 75 mil empleados directos que impacta a 225 mil personas.
“Al día de hoy, en las condiciones que estamos, el 50% del sector se irá a la quiebra. Y en las últimas semanas solo abrió el 15% de los restaurantes, ya que abrir significa costos muy altos y no hay la clientela en condiciones normales”, dijo. Abogó porque se haga una excepción con el sector para que se pueda abrir durante el día tomando todas las medidas de higiene establecida en los protocolos del Ministerio de Salud.
También piden que de noche se les permita trabajar solo con delivery o envió a domicilio.
Cabrera resaltó que el sector no pone por encima sus intereses que la salud de los dominicanos, ya que favorece que se tomen medidas para evitar el contagio y la propagación del COVID-19.
Sin embargo, alerta que no se puede sancionar a todos por igual, y si se conoce que locales han violentado las medidas de higiene, entiende que estos deben ser multados y cerrados. “No podemos por dos o tres que rompen las reglas, quebrar a todo el sector”, dijo.
Opinión similar emitió ayer la presidenta de la Asociación de Bares de la Zona Colonial (Abzocol), Grace Heyaime, quien dijo que no se puede hacer pagar a todos por la negligencia de algunos. Abogó también porque se sanciones a los que violan las medidas.
El presidente de Aderes resaltó que las implicaciones de permanecer cerrados afectan a los dueños de los negocios, quienes deben continuar pagando el alquiler de locales, préstamos bancarios, electricidad para mantener en funcionamiento los equipos electrónicos y los electrodomésticos. Recordó que antes de la pandemia mantenían protocolos de higiene en sus locales como medidas que se mantienen siempre en los establecimientos.
Ana Henríquez, dueña del Restaurante Mila, expresó que tenía dos sucursales y el 30 de junio tuvo que cerrar una, despidiendo así a 26 personas por la crisis del COVID, y actualmente tiene 50 empleados que podrían ser suspendidos nuevamente si hay un toque de queda.