Un grupo de 20 estudiantes dominicanos, bajo el nombre de Cygnus 12, ha logrado lo que parecía un sueño distante: ser seleccionados para competir en el Human Exploration Rover Challenge (HERC) de la NASA. Una rigurosa competencia que los reta a diseñar y construir un astromóvil (Rover) capaz de superar complejos obstáculos en un circuito en Alabama, Estados Unidos.

Este equipo, compuesto por jóvenes de 14 a 17 años, ha dedicado meses de esfuerzo, sacrificio y compromiso para representar a la República Dominicana en esta competencia de ingeniería y robótica, demostrando que con dedicación todo es posible.

Para muchos de estos estudiantes, como Amy, el camino hacia la robótica no fue fácil. Al inicio se sentía como una novata en un campo desconocido, pero con el tiempo aprendió a confiar en sí misma y en sus capacidades.

“Yo entiendo que todo, cuando tú pones ese esfuerzo, esa constancia, y tú tienes interés en ello, se puede lograr por más grande que sea”, afirma Amy, mostrando el orgullo y la confianza que ha ganado en el proceso. Hoy, Amy mira hacia atrás y se siente satisfecha de haber superado sus temores iniciales, agradecida por haber tenido la oportunidad de crecer junto a Cygnus.

Un equipo que no conoce barreras

A pesar de los desafíos, el equipo tiene claro su objetivo. Angélica, por ejemplo, cree en la capacidad de su equipo para llevarse la victoria: “Yo le diría a mi yo del pasado que se siga esforzando… nosotros vamos a ganar en la NASA y vamos a traer ese premio para la República Dominicana”, dice emocionada, reflejando el espíritu optimista de Cygnus 12.

Para algunos, como Enrique, el camino a Cygnus 12 ha tenido obstáculos. Después de no ser aceptado en su primer intento por su edad, no se rindió y en su segunda prueba fue seleccionado: “Siempre inténtalo, no sabes cuándo se va a poder”, recomienda Enrique.

Orlando, quien está en su último año escolar, ve en Cygnus su oportunidad única para explorar la robótica: “Le agradezco a mi yo del pasado por no dejar de esforzarse… eso me llevó hasta donde estoy ahora”, comenta con humildad y gratitud.

Este compromiso con el proyecto ha implicado sacrificios. Muchos de los jóvenes han dejado de lado actividades que les apasionaban para dedicarle tiempo al HERC. Enrique, quien era uno de los mejores en su equipo de fútbol, tuvo que dejar el deporte para dedicarle más tiempo a sus estudios y a Cygnus. Amy también confiesa que a menudo sacrifica momentos de descanso y tiempo para hacer tareas. Sin embargo, ninguno de ellos se arrepiente; la emoción y la posibilidad de representar a su país en la NASA compensan cualquier esfuerzo.

Sueños de un futuro con más oportunidades tecnológicas

Leah, otra integrante de Cygnus, reflexiona sobre la importancia de la inversión en tecnología para el futuro de los jóvenes dominicanos: “Me gustaría ver que ese dinero se vea reflejado en la sociedad, que se utilice en la tecnología para que ayude a los jóvenes”, comenta, esperando que el crecimiento económico del país también apoye a futuros equipos como el suyo.

Alexa, por su parte, recuerda una noche de agotamiento en la que sintió que su esfuerzo no valía la pena; sin embargo, con el apoyo de su familia, decidió continuar. “Me puse a llorar y pensé que si yo me salía de la competencia no iba a hacer mucha diferencia”, confiesa. Hoy, esa determinación la mantiene firme en su deseo de aportar algo grande a su país.

El equipo de Cygnus 12 se prepara para competir con orgullo, llevando la bandera tricolor hasta la NASA y dejando un mensaje de inspiración y perseverancia. Para estos jóvenes, el esfuerzo de hoy marca solo el inicio de un camino hacia el futuro. Sin importar el resultado, su historia demuestra que la determinación y el trabajo en equipo pueden llevar muy lejos, incluso hasta las estrellas.

Pero como todas las cosas increíbles, siempre hay desafíos, el mayor de Cygnus: conseguir los recursos para construir su astromóvil, su hospedaje en Alabama, los viáticos y los pasajes. República Dominicana puede viajar a las estrellas a través de estos 20 jóvenes. ¡Apoyemos a Cygnus!

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