Sustituir o ratificar al presidente de la República y decidir el futuro cuatrienal de los miembros del Poder Legislativo al tiempo de renovar autoridades municipales supone momentos estelares para la nación en el 2024, aparte de que es ocasión para pretender soluciones a lo que implican para la República la grave crisis reinante en Haití, la fallas del sistema educativo, la incidencia de la corrupción, la trayectoria de endeudamiento público y el azote de accidentes de tránsito y taponamientos. Una enumeración no exhaustiva en un país de deudas sociales que suponen una agenda de mayor extensión.
Con pretensión de mantener en contexto los tantos a favor en la realidad dominicana dígase también: el desempleo descendió para este año en un 1.2% alcanzando el 5.2%; PISA reportó que en Educación, tras un desplome de 334 puntos en el 2018, República Dominicana conquistó en 2022 su máximo histórico de progreso con 11 puntos más que en el 2015, «faltando mucho por hacer» dijo el Presidente.
A mediados de año la pobreza se había reducido a 23.4% por debajo del 25% de enero. La llegada de turistas en 2023 crece hasta cerca de 10 millones de visitantes, un incremento de 22% con relación al 2022; 103 % respecto al 2021 y 34% sobre el 2019. En noviembre la inversión extranjera directa aumentó un 64% desde el 2020.
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En materia asistencial de Salud se reconoce un progreso por la creación de nuevos establecimientos médicos a nivel nacional, existe al menos una ciudad sanitaria y nuevos centros médicos privados con mayor presencia en Santiago de los Caballeros que tiende a convertirse en una meca asistencial como atracción turística con adelantos científicos al alcance, lógicamente de los locales. El país venció la embestida de la covid-19 exhibiendo una resiliencia que ha sido reconocida en el exterior y ha estado particularmente a prueba por azotes del intenso cambio climático.
A pesar de los aciertos expuestos, y algunos más, el país no las tiene todas consigo pues el crecimiento de la economía resulta insuficiente por no sentirse el bienestar que debe redituarse hacia una parte marginada de la población que algunos observadores consideran mayoritaria. El inferior alcance fue atribuido recientemente por el economista José Luis de Ramón a que es bajo el nivel salarial, lo mismo que la estructura impositiva; y el Estado no es eficiente en la redistribución del ingreso. «Existen muchas carencias básicas en las personas, principalmente en educación y salud».
INCÓGNITA A LA VISTA
Aunque la mayoría de las encuestas acreditadas han estado colocando al presidente Luis Abinader como ganador en primera vuelta si las votaciones fueran ahora, el jurista y politólogo Flavio Darío Espinal considera que con los resultados de una medición reciente de simpatías de la firma Greenberg todavía es imposible afirmar cuál aspirante tiene ya «todas las de ganar» el 19 de mayo próximo.
Resaltó que tras haber dominado los sufragios emitidos en el 2020 en los grandes centros urbanos como el Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo con 52.4 por ciento y 51.73 respectivamente, la gran sorpresa es que el actual mandatario aparece con solo el 43% de apoyo en ambas jurisdicciones mientras sumados, el PLD y la Fuerza del Pueblo alcanzarían el 50% del caudal de votos. Una encuesta de RC Media acaba de ratificar apoyo popular para Abinader de un 52.9 por ciento que de lograrlo todo quedaría resuelto con acudir a las urnas una sola vez.
Otro signo que augura mejor futuro para la oposición se expone en el hallazgo de que en la zona Norte, que incluye a Santiago, la segunda gran urbe poblacional, el PRM cuenta con 44% de las simpatías mientras que la combinación PLD y FP (leonelismo) capta un 53% de las intenciones de votos.
Este y otros índices llevan a Espinal a afirmar que tanto el oficialismo como sus contrincantes tienen tareas importantes con un PRM que muestra que su base de apoyo «más bien se ha erosionado un poco».
Un vuelco electoral hacia la oposición como ocurre frecuentemente en el continente, llevaría el Estado en 2024 hacia sustanciales cambios de prioridades en inversiones y gastos por la consabida ausencia de continuidad en ejercicios del poder y sobrevendría, al menos, un reenfoque en la función del Ministerio Público augurándose que perdería la reciente autonomía y el énfasis en perseguir la corrupción dirigida mayormente a gente del mandato previo a este Gobierno.
DOS DILEMAS
Sancionando al exprocurador general de la República Jean Alain Rodríguez, con una especie de condena anticipada al fallo de la cosa definitivamente juzgada (cancelando sus visas y las de sus familiares), Estados Unidos pareció reflejar el temor que se percibe a nivel local de que la Justicia dominicana se acerca demasiado a expiraciones de expedientes sobre alegada corrupción al sobrepasarse por incidentada lentitud los límites de encausamientos que manda la ley. Una caducidad de plazos fatales amenaza el combate al peculado.
A partir de que el exfuncionario está siendo demoradamente juzgado por apropiación de fondos públicos, el Departamento de Estado anunció la aplicación en su contra de la «sección 7031» de la ley que permite aplicar sanción en cualquier lugar del mundo fuera de Estados Unidos bastando con que se detecten «informaciones creíbles» de corrupción o de graves violaciones a los derechos humanos. EUA actuando al vapor.
Sin embargo, el Ministerio Público dijo recientemente que confía en que el año que comienza los casos de corrupción en etapa preliminar serán enviados a juicios de fondo que derivarían en sentencias condenatorias a los imputados. «El Ministerio Público está firme con todos los procesos de corrupción que tiene a su cargo», dijo la coordinadora de litigación de la PEPCA, Mirna Pichardo.
De otro lado, República Dominicana comenzará el año enfrentada a la prolongada crisis haitiana que ha amputado virtualmente al segundo destino en importancia de sus exportaciones y con graves y riesgosas fricciones fronterizas por el cierre de paso impuesto unilateralmente por unas autoridades haitianas acosadas por la violencia de pandillas y la desesperación de pobladores desabastecidos por impedimentos al comercio.
Una Kenia vacilante, pautada para desplegar tropas en Haití para pacificarlo, y una desconexión de autoridades de ambos países agravada por la falta de protagonismos mediadores, no permiten vislumbrar una cercana salida a las contradicciones entre los dos países de la isla Hispaniola. El Episcopado dominicano dio a conocer esta misma semana interés de acordar con los obispos haitianos una acción conjunta de mediación que dependería mucho del interés que sus propósitos despierten en ambos Gobiernos.
MÁS PASIVOS
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) calcula que República Dominicana alcanzará un crecimiento económico favorable de 3.1% proyectando que pasaría a 4.1% en el 2024. Pero en esta misma semana hizo la observación de que el país está sobrepasando el promedio regional de 2.6% que como porcentaje del PBI es apropiado destinar al pago de intereses de la deuda del Gobierno central. Mientras localmente, la certeza de que el endeudamiento seguirá creciendo desde enero es una sobresaliente preocupación.
Al respecto, el economista Miguel Collado, vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Sostenibles (CREES) opinó que la actual administración del Estado debe poner más control en el gasto. «Algunas instituciones del Estado gastan miles de millones de pesos y su utilidad es cuestionable». Apuntó que la «politización» de las ede (que estima deberían privatizarse), cuesta a los contribuyentes entre 1,500 y 1,600 millones de dólares al año. Criticó también el gasto anual de RD$72 millones a 558 asesores gubernamentales.
Pero el pasivo, humanamente calculado, que merece una preocupación especial es el de la pérdida de vidas por accidentes de tránsito que recién en octubre superaban las dos mil muertes y los siniestros de muchas víctimas en un mismo choque se han hecho más frecuentes. Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud indican que ocurren 65 decesos por cada 100 mil habitantes, lo que coloca al país en primer lugar de mortalidad por sucesos viales. En diciembre, el tránsito urbano colapsa un día sí y un día no.
Experimenta un ascenso en espiral el número de personas que sufren incapacidades derivadas de colisiones y vuelcos en las vías de tránsito y en el período enero-octubre habían sido atendidas 32 mil emergencias causadas en calles y carreteras, según un reporte de la Dirección del Hospital Universitario Docente Traumatológico Doctor Ney Arias Lora.