Retro Jazz, un refrescante regalo navideño

Retro Jazz, un refrescante regalo navideño

Nelson Marte

Poquito después de la hora señalada, las 9 del pasado martes, llegaron ellos.

No sé si porque el salón de Lungomare estaba colmado desde temprano, o por el temperamento de raíz oriental del director Pengbian, el caso es que afinaron rápidamente sus instrumentos y sin mediar palabras arrancó el concierto.

Estábamos todos nosotros, muchos viejebos, -hey, musicalmente hablando- muchos jóvenes, más mujeres y las destinatarias de mi regalo navideño, mi esposa Dilcia y mi hija María Mercedes, que disfrutaron a plenitud del exquisito concierto.

La fuerza interpretativa de Retro Jazz quedó clara desde El Sancocho Prieto, su primera pieza, se confirmó con Arrollito Cristalino, Amor Narcótico y Te Propongo, cuando Eliezer Paniagua cambió el saxo ejecutado con brillantez por un fino clarinete que volvió a cambiar por encendida güira al escucharse a Andrecito Reina echando tres carajos mientras le decían que eso no se hace, beberse los tragos y también la botella.

En todos los arreglos del impecable repertorio quedó en alto relieve el cuidado de orfebre y el esmerado alquimista musical que es el maestro Pengbian Sang, un santiaguero que viajó durante siete años a Santo Domingo al Conservatorio Nacional de Música a realizar la base de una formación musical que completaría en el afamado Berklee College of Music de Boston.

Laura Rivera fue otra fragancia. Luego de tomarse unas vacaciones en el grupo vino en glamoroso retorno, con una impresionante presencia que dejó embelesada a la mayoría mientras interpretaba de Pavel te di mis ansiedades y mi melancolía, lo único que tenía, y volvió Juanita que se hizo dominicana y navideña al ritmo de Milly.

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Guy Frómeta hizo un solo doble con el percusionista Edgar Molina, y en un breve homenaje a Billo Frómeta nos cantaron No llores muchachita de Quisqueya, raspándonos la sensibilidad de pedirle que esconda su dolor un poco más.

Melvin Rodríguez demostró ser una primera guitarra que puede sonar duro en cualquier escenario internacional, mientas acompañaba en hermosos compases al pianista y voz Álvaro Dinzey.

Fue una hermosa llegada de la Navidad el que nos regaló Retro Jazz, con unos preciosos arreglos del director y bajista Penbian, que mostró a todo pulmón ser un chino de Santiago.

No sólo por arrancar con el Sancocho Prieto sino por seguir con Arroyito Cristalino, Andrecito Reina, Las Muchachas de Juan Gómez, El Guardia del Arsenal y El Guachiman del querido Luis Días, y dar una soberbia demostración de que el Cibao Adentro puede sonar bonito en modo de jazz.

Laura puso ardor entre las doñas y chicas cuando con voluptuosa gestualidad mandó a decirle con Sergio el negrito de Villa a un imaginario rival que yo también fui buen amante, que se equivoca, pobre ingenuo presumido, al creer que tus suspiros sólo fueron para él.

Me hice amigo del jazz desde el milenio pasado escuchando Take Five de Dave Brubeck, o la magia de Gato Barbieri poniendo a sonar a la Merceditas de El Jibarito de Lares en los más exquisitos escenarios del mundo.

Por eso me fue familiar y agradable escuchar a nuestros buenos jazzistas tocando tan bonito.

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