No puede haber elecciones justa y transparente en el país, hasta que la perversa compra y venta de cédulas sea atacada por la Junta Central Electoral (JCE), opinó el reverendo Domingo Paulino Moya.
Enfatizó que la compra de la conciencia es una práctica indignante que puede provocar situaciones peligrosas para la estabilidad democrática, pues el ambiente pre electoral que se observa en el país, pues esta mala práctica puede crear confrontaciones en los centros electorales.
Paulino Moya, quien preside la Mesa de la Opinión Cívica y Política Cristiana, dijo que las leyes de la República ponen a disposición del órgano de elecciones la fuerza pública, las logísticas y los recursos económicos,para hacer que este delito sea perseguido y castigar al vendedor y comprador del valioso documento de identidad electoral.
Deploró lo «vergonzoso» que es para la justa competencia y la imagen del país,que este dañino mercadeo siga aconteciendo sin que se haga nada para combatirlo.
En tanto, expresó que en el debate y discusión sobre el respeto a la transparencia electoral se nota «un silencio y desinterés» para atacar un delito tan peligroso que roba el derecho a ser elegido de los políticos que solo tienen ideas y valores como oferta al electorado.
Cree que la democracia se vuelve fallida, cuando el dinero sucio es usado para una práctica tan vergonzosa y el no perseguir este mal, pone en condición de cómplices a las autoridades designadas para regir el orden electoral.
El también presidente del Ministerio Jesús es Sanidad y Vida Eterna, declaró que » los miembros del órgano electoral, no pueden darse el lujo de llegar al torneo municipal de febrero próximo sin agendar la toma de medidas para perseguir,un crimen tan bochornoso para su imagen y la de los dominicanos que amamos la justicia y la paz social».
Paulino Moya dijo que no comenzar a combatir este mal, es dejar camino abierto a trifulcas de sectores políticos de poder, que pondrían en peligro la credibilidad de las elecciones venideras.
Además, lamentó que la Organización de Estados Americanos (OEA), se haga de la vista gorda ante un mal tan dañino para la democracia.
Agregó que en frente de los observadores de este organismo y de otros que han estado en el país en pasadas elecciones, se haya practicado la compra y venta de conciencia en los recintos electorales por lo que cree que se está a tiempo, para que estas instituciones rectoras de la democracia pidan a la JCE, que tome las medidas de lugar, que impidan se repitan acciones deplorables y peligrosas que pueden crear situaciones que pongan en peligro la paz social.