El reverendo Jesse Jackson, figura icónica del movimiento en favor de los derechos civiles en Estados Unidos, se despidió este domingo oficialmente de su organización Rainbow PUSH Coalition, que fundó en 1971 en defensa de esos derechos y de la Justicia internacional.
Su paso atrás en la presidencia de esa ONG tuvo como escenario la convención anual que el grupo celebró en Chicago, ciudad en la que tiene la sede y a la que acudió en su honor la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris.
Jackson, nacido hace 81 años en Greenville (Carolina del Sur) de una madre soltera, padece parkinson. Su decisión de retirarse llega impulsada por su edad y sus problemas de salud.
El reverendo fue candidato a la nominación presidencial del Partido Demócrata en 1984 y 1988. Cuando en noviembre de 2017 anunció su enfermedad, reconoció ya entonces que veía cada vez más difícil completar sus actividades cotidianas, que se habían convertido en un «reto».
El propio presidente estadounidense, Joe Biden, le reconoció este domingo a través de un comunicado sus décadas de activismo.
«La promesa de Estados Unidos es que todos somos iguales para Dios y que merecemos ser tratados por igual a lo largo de nuestras vidas. Si bien nunca hemos estado a la altura de esa promesa, nunca nos hemos alejado completamente de ella debido a líderes extraordinarios como el reverendo Jesse Jackson«, le dijo el mandatario demócrata.
La historia, sostuvo, lo recordará como «un hombre de Dios y del pueblo, decidido, estratégico y sin miedo al trabajo de redimir el alma de la nación».
Jackson fundó Operation PUSH en 1971, tres años después del asesinato de su compañero de activismo Martin Luther King en Memphis, que él presenció.
En 1996, su organización pasó a llamarse Rainbow PUSH Coalition tras fusionarse con The National Rainbow Coalition. El grupo dice tener como misión proteger, defender y ganar derechos civiles y se define como una organización multirracial, multitemática, progresiva e internacional, que busca el cambio social.
«La nación está en deuda contigo», le dijo desde el escenario uno de sus seis hijos, el congresista demócrata Jonathan Jackson. «Cambiaste políticas públicas en Estados Unidos y todo lo que tenías era una Biblia», añadió.
Le tomó el relevo a Jackson al frente de Rainbow PUSH Coalition el también afroamericano Frederick Douglass Haynes, de 62 años y pastor de la iglesia baptista Friendship-West de Dallas desde 1983, que en sus primeras palabras en su nuevo puesto le agradeció el camino recorrido y que se atreviera a decir a toda la nación que «mantuviera la esperanza».