El portavoz del Gobierno Roberto Rodríguez Marchena dijo hoy que «una verdadera revolución educativa está en marcha en República Dominicana.

El director general de Comunicación dijo que cerca de 76 mil millones de pesos se han destinado a sorteos de escuelas en estos 3 años de Gobierno de Danilo Medina. Iniciando este año escolar, 850 mil niños, niñas y adolescentes recibirán gratis desayuno, almuerzo y merienda. Se espera que la cifra aumente al millón de estudiantes incluidos en la Jornada Escolar Extendida antes del 31 de diciembre de este año.

Proclamó que 670 mil uniformes escolares (camisas, pantalones y medias), 600 mil pares de zapatos y 600 mil mochilas están siendo entregadas por el gobierno dominicano a los estudiantes de escuelas y liceos públicos.

Muchos alumnos se beneficiarán del programa de salud bucal y de las evaluaciones oftalmológicas y auditivas. Igualmente del programa Nutrición y Salud que provee desparasitantes y multivitaminas.

Y falta decir que no sólo los estudiantes y sus padres se benefician de la política educativa del gobierno de Danilo Medina. También los maestros y maestras.

Lograron el mayor aumento salarial en 15 años. Sus pensionados y jubilados se beneficiaron de una subida histórica de 50%. En su formación se invirtió el año pasado 2,300 millones y este año serán 3,000 millones de pesos.

En 78 años que tiene doña Carmela, «no se hubiera visto” en el Higüero, Villa Mella, cosa tan maravillosa como la Escuela Básica La Gina. “Es un provecho para la comunidad y para las mamás que tienen sus hijos, que hay veces que no tienen el pan”.

Doña Carmela es Pilar Martínez, de manera que si se equivoca usted y pregunta por Pilar en el barrio y no por Carmela, nunca dará con ella.

La escuela y la jornada escolar extendida ha sido la salvación. Tiene cuatro nietos de los que debía ocuparse mientras su hija trabaja. Eso significa que su familia verá su ingreso real aumentar en cerca de diez mil pesos mensuales. Otro salario, podría decirse.

Muchas madres de El Higüero estudian o trabajan o ambas cosas a la vez. Un problema, porque tienen que pagar para que alguien les cuide a los hijos o dejarlo con la abuela que no necesariamente tiene la fuerza para estar cayéndole atrás a un muchacho todo el santo día.

Glenny Guzmán es una de esas mujeres. Estudia farmacia en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) trabaja en una cafetería y tiene dos hijos que ya no tendrá que dejar con la abuela.

Cuenta que la maravilla de esta escuela comenzó con su construcción porque energizó las pequeñas economías de negocitos y familias.

Maritza Rivera, dueña de colmado, vendió desayunos, comidas y hasta cenas a los obreros. También muchos refrescos y muchas masitas durante los 17 meses que duró la obra. “Una súper venta”. En un mes llegó a vender hasta 80 mil pesos. Con lo que ganó saldó varias deudas que tenía.