MADRID.- Roger Federer ha causado baja en el Masters 1000 de Madrid «por problemas en la espalda», y porque no quiere correr riesgos, y el suizo ha dejado abierta la posibilidad de competir en Roma la próxima semana.
Lesionado en el primer tramo del año, y tras sufrir una artroscopia en febrero en el menisco izquierdo, y luego afectado por un virus estomacal que le impidió debutar contra el argentino Juan Martín del Potro en Miami, Federer calificó este año de «muy duro», debido a sus contratiempos físicos.
Federer fue el campeón en Madrid en 2006, 2009 y 2012. Su baja rompe el sueño de reunir a los denominados «cuatro grandes» (Novak Djokovic, Andy Murray, Rafael Nadal y él mismo) en la Caja Mágica, por primera vez desde el 2011.
Sorteado en la zona por donde compite el español Rafael Nadal, con quien previsiblemente tendría que enfrentarse en cuartos de final, su baja será cubierta por un jugador repescado de la fase previa.
El jugador de Basilea compareció en la sala de prensa y señaló que no quiere asumir riesgos. «Mi espalda me duele un poquito. Tuve que volver a parar. En teoría iba a haberme entrenado ayer y hoy. No quiero tomar riesgos porque sé que no voy a estar listo para jugar el miércoles. Lo mejor es que me prepare de cara a Roma. Lo siento», dijo Federer.
La noticia comenzó a fraguarse anoche después de que Federer anulase sus entrenamientos y también la conferencia de prensa que tenía anunciada. Esta mañana, una reunión de Manolo Santana, director del torneo, con Gerard Tsobanian, presidente y CEO de este Masters 1000, y personal de la ATP hacía prever que algo iba mal respecto al suizo.
Dada la sucesión de lesiones, el suizo explicó que éste «está siendo un año duro» para él. El dolor en la espalda le viene desde antes de la Copa Davis, que «era cuando más» le dolía.
«Esta vez siento una molestia normal en la espalda. Sé cómo tratarlo, necesito descanso y por eso me retiro. Conozco mi espalda y sé lo que me pasa», comentó.
Roger Federer consideró que lo mejor para él era «abandonar» y aseguró que se siente «frustrado y triste». «Pero, al mismo tiempo, quiero que mi espalda se recupere», recalcó.
«No es algo bueno que no pueda jugar, pero la temporada es muy larga, hay muchos grandes eventos por jugar. Me gustaría jugar aquí, pero no puedo. La gente lo entiende, los directores lo entienden y espero que vosotros también lo entendáis», dijo a los medios de comunicación.
El jugador de Basilea apuntó como siguiente objetivo «jugar en Roma». «Veremos cómo me puedo preparar y si no puedo jugar, no es el fin del mundo. Intentaré jugar y hacer un buen papel», añadió.
El ex número uno del mundo explicó que, pese a la proximidad de Roland Garros, para él no supone un gran problema no haber disputado muchos encuentros sobre tierra batida. «Si juego partidos, genial. Si no, confío en mi juego y en mi mente», subrayó.
Operado recientemente del menisco, Federer indicó que su reto es «estar al cien por cien» cuando llegue el Grand Slam parisino. «Si no, como más tarde en Wimbledon. Ese era el objetivo cuando entré a la sala de operaciones. Esta es una lesión diferente pero está claro que no ayuda», dijo.