Ha sido muy comentada la decisión del presidente Luis Abinader de crear una comisión independiente para que supervise las principales infraestructuras del país y haga las recomendaciones pertinentes, que encabezará el conocido geólogo Osiris de León. Según las explicaciones ofrecidas por el mandatario en su rueda de prensa semanal en la Casa de Gobierno, el propósito de su creación es llevar paz y tranquilidad al pueblo dominicano, y sus miembros tienen un plazo de seis meses para rendir su informe final.
Se agradece, por supuesto, la intención que animó al presidente Abinader a crear esa comisión, que trabajará de manera paralela con la conformada por el Ministerio de Obras Públicas para realizar un estudio forense de túneles y elevados. Pero después de lo ocurrido no será tan fácil recuperar la tranquilidad y, más que nada, la confianza de los ciudadanos en ese paso a desnivel aunque el gobierno diga y asegure que lo reparó de manera apropiada para que no vuelvan a producirse accidentes.
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Por ser el miedo más contagioso que la gripe o cualquier otro virus esa desconfianza podría hacerse extensiva a las demás infraestructuras de ese tipo del Gran Santo Domingo, lo que agravará el caos que gobierna en las calles. ¿Cuántas personas conocen ustedes que le han dicho que no volverán a utilizar ni túneles ni pasos a desnivel?
La muerte de nueve personas en circunstancias tan dramáticas no puede olvidarse de un día para otro, por lo que no se puede apostar a que nuestra corta memoria, o ese to e´ to´ y na e´ na que resume tan bien una de las peores versiones de nosotros mismos, ayudará a pasar la página y que olvidemos exigir responsabilidades por lo que pasó.
Mientras tanto, muchos usuarios de túneles y pasos a desnivel sentiremos, así sea por un aterrador segundo, que estamos jugando a la ruleta rusa al utilizar una infraestructura vial que alguna vez nos quisieron vender como símbolo del progreso de relumbrón que tanto se parece a un espejismo.