En la primera jornada de los ejercicios “Determinación aliada-2022” los aviones de asalto rusos Su-25SM participaron en la “eliminación de objetivos del enemigo”
Rusia hizo ayer, jueves, una demostración de fuerza en la frontera con Ucrania con el inicio de maniobras militares conjuntas con Bielorrusia, paso que la OTAN considera contrario a la desescalada entre rusos y ucranianos demandada por Occidente.
En la primera jornada de los ejercicios “Determinación aliada-2022” los aviones de asalto rusos Su-25SM participaron en la “eliminación de objetivos del enemigo” en un polígono militar de la región bielorrusa de Brest, limítrofe con Ucrania y Polonia.
Se le sumarán en los próximos días los cazas Su-35 y los sistemas de defensa antiaérea S-400, que tienen un alcance de hasta 400 kilómetros, juegos de guerra a los que no acudirá el presidente ruso, Vladímir Putin, según informó el Kremlin.
El jefe del Estado Mayor de Rusia, Valeri Guerásimov, sí viajó a Minsk para presidir las maniobras, que algunas capitales occidentales consideran un posible preludio de una invasión de Ucrania.
El Kremlin reconoció que las maniobras -el mayor despliegue militar en Bielorrusia desde la Guerra Fría, según el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg- son de gran envergadura, pero las vinculó con “las amenazas sin precedentes” a las que están sometidos ambos países.
Con todo, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, insistió hoy en que las tropas volverán a sus bases tras las maniobras, algo que, dijo, no ocurre con el despliegue de soldados y armamento aliado en Europa oriental.
“El que después de maniobras militares las tropas vuelvan a sus cuarteles es lo habitual. En lo que se refiere a la duración, es un derecho soberano de cada Gobierno”, dijo Lavrov tras reunirse con su homóloga británica, Liz Truss, que demandó el repliegue ruso en la frontera ucraniana.
Lavrov calificó de “drama” que cada día recuerde más a una “comedia” la reacción occidental a las maniobras de las fuerzas de reacción rápida en defensa de la Unión Estatal Rusia-Bielorrusia. Al anunciar ayer en Bruselas el envío de una carta a Lavrov para reanudar el diálogo OTAN-Rusia, Stoltenberg alertó de la magnitud de las maniobras en Bielorrusia, en las que participan miles de soldados.
“Estamos monitorizando de cerca el despliegue de Rusia en Bielorrusia, que es el más grande desde el final de la Guerra Fría”, afirmó. Resaltó que el mundo está ante un momento “peligroso”.