Rusia reforzó el martes su ejército con el reclutamiento de 120.000 hombres como parte su movilización anual, y duplicó el número de civiles que pretende evacuar en anticipación a una gran ofensiva ucraniana para recapturar la ciudad de Jersón, un puerto de gran importancia estratégica en el sur de Ucrania.
Oficiales militares rusos han asegurado que los conscriptos que sean llamados en los próximos dos meses no serán enviados a combate en Ucrania, incluyendo las regiones que Rusia se anexionó recientemente y Crimea, que el Kremlin convirtió en parte de Rusia en 2014.
Sin embargo, el Instituto para el Estudio de la Guerra, una organización con sede en Estados Unidos, señaló que el Ministerio de Defensa de Rusia “está intentando engañar a la población rusa para que crea que los conscriptos de otoño no serán enviados a pelear en Ucrania, posiblemente para evitar que evadan el reclutamiento”.
El reclutamiento de otoño de este año se demoró debido a la movilización parcial extraordinaria de 300.000 reservistas que ordenó el presidente Vladimir Putin el 21 de septiembre con el objetivo específico de robustecer sus fuerzas en Ucrania.
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Si bien las autoridades rusas han declarado el fin de la movilización parcial, algunos críticos han advertido que podría reanudarse una vez que las oficinas de reclutamiento militar terminen de procesar a los conscriptos de otoño.
El ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu declaró el martes que 87.000 de los 300.000 reservistas han sido enviados a combate en Ucrania y que están siendo entrenados por 3.000 instructores militares con experiencia en combate en el país.