Rusia anunció ayer su retirada de la ciudad ucraniana de Jersón, la única capital regional bajo su control en todo el país, así como el repliegue del tercio norte de esa provincia, lo que constituye un duro revés para el presidente ruso, Vladímir Putin, que se anexionó ese territorio hace poco más de un mes.
“Proceda a la retirada de las fuerzas y adopte medidas para garantizar el traslado seguro de las tropas, del armamento y de los equipos al otro lado del río Dniéper”, ordenó el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, al jefe de agrupación de fuerzas rusas que combaten en Ucrania, general Serguéi Surovikin.
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El repliegue ruso del tercio norte de la región sureña era un secreto a voces, ya que hacía días que se hablaba de que la bandera rusa ya no ondeaba en los edificios administrativos de su capital y semanas desde que las autoridades prorrusas habían procedido a la evacuación de la población civil a la orilla izquierda del Dniéper.
La retirada rusa supone gran victoria para Ucrania, ya que ahora podrá liberar territorios en el sur del país limítrofe con la península Crimea antes invierno.