Píndaroooo…-exclama Herminio-, deja de mecerte en esa mecedora, que te vas a congelar… ¿No ves que está a cero grado?”… Ambos aventureros se encuentran en medio de las cuatro provincias que conforman Valle Nuevo, en un territorio de 902 kilómetros cuadrados que le rodean a una altura de 2,200 metros del nivel del mar…
Haciendo honor a sus dotes de fotógrafos artísticos, se han propuesto dedicar parte de su tiempo de ocio en la observación de aves y practicar el senderismo…
Estando en ese privilegiado territorio, aseguran las ventajas que les brindan los bosques nublados, llanuras montañosas y vastas sabanas de pasto alpino y pajón.
“¿Y cómo te sientes tú, Herminio, durmiendo en esa tienda de campaña con este frío pelú?… ¿No se te congela la calva?” –le cuestiona Píndaro-… «Noooooo… responde inmediato-… Es una pena que en esta zona hay sólo un ecolodge desde hace muchísimos años…
Muy bueno, por cierto, pero casi siempre tiene la suerte de estar lleno y reservado, lo que limita alternativas para que aventureros, como nosotros, tengan que apelar a una simple tienda de campaña… Por lo menos se están abriendo oportunidades, como es el caso de un nuevo espacio que dispuso el Ministerio de Medio Ambiente frente a la casa de guardias en la entrada de Alto Bandera… Pero –agrega-, es tiempo de que se pueda permitir que las iniciativas privadas hagan equipo con el sector oficial, y se le permita promover la disponibilidad de nuevos ecolodges…
Es la única vía de que nuestro país pueda promover un turismo de montaña controlado, en un ambiente descentralizado».
“Estás poniendo el dedo el la llaga… Hasta el sol de hoy- comenta Píndaro-, el hombre ha dedicado parte de su tiempo al turismo, en actividades recreativas y educativas que le permiten dirigirse hacia lo físico-recreacional, y el contacto con el ambiente natural… La rutina y el estrés, nos han llevado a buscar relajamiento sano y diversión y, como es lógico, es momento de fomentar y apoyar nuevos proyectos que garanticen y fortalezcan el turismo ecológico y de montaña… En especial, en el área de Valle Nuevo”.
“¿Y qué es para ti un ecolodge, Píndaro?” -cuestiona Herminio-… De inmediato, no vacila en responder-, “Son instalaciones adecuadas con suministro de las necesidades básicas para estadías de corto plazo… Áreas específicas para el disfrute de actividades nocturnas, como: observación de estrellas, senderismo interpretativo con caminatas en caminos marcados a campo traviesa… Puedes observar la flora y fauna predominante, fotografiar objetivos inolvidables, recolectar manzanas, y visitar talleres de educación ambiental…. ¡Es un nuevo horizonte a fomentar su logro, pues su impacto será mínimo!”.
¡Píndaro está feliz!… Herminio lo ha transportado a un mundo que nunca le ha parecido más real vivir… Y, comelón de buena gana tiene en su mente un aspecto que no debe quedar fuera de este revolucionario esquema: ¡el fomento del Turismo Gastronómico!…
Valle Nuevo podría convertirse en el único centro controlado, sofisticado, tranquilo y de atención personalizada para la atracción de un turismo cuyas expectativas son el compartir con la naturaleza en el centro del Caribe.
Y, Píndaro puntualiza: “Debemos buscar el menor impacto ambiental a través de infraestructuras y usos adecuados permitidos por la zonificación establecida en un entorno que debe ser conservado como lo es el Parque Nacional Valle Nuevo y sus ecosistemas únicos…
¡El ecoturismo es un mecanismo para convertir en auto-sostenibles nuestras áreas naturales y crear un motor para el progreso socio-económico, pues permite un continuo crecimiento y diversificación… Se hace imperativo ofrecer espacios turísticos seguros, tanto para el visitante como para el medio ambiente, con un enfoque hacia la preservación que eduque y sensibilice a los viajeros a nivel ambiental!