Saludo la nueva Constitución 2024

Saludo la nueva Constitución 2024

Melvin Matthews

La Constitución dominicana ha sido modificada seis veces en los últimos 58 años. El dato frío excluye la extinción de la Carta Magna de 1963 en medio del golpe de Estado contra el presidente Juan Bosch, la vorágine que ocasionó la guerra de abril para reponerle y la odiosa intervención militar de Estados Unidos. Una etapa pérdida de tres años.

Presidente impuesto en junio por la ominosa intrusión foránea, Joaquín Balaguer proclamó en noviembre su Constitución de 1966, un documento jurídico que él nunca respetó –la describiría como “un pedazo de papel”-, pero que utilizó para su permanencia indefinida en el cargo e iniciar su despótico régimen violador de las normas elementales del derecho, de las libertades públicas y los derechos humanos fundamentales.

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Ese texto resultó modificado en 1994 para dirimir el fraude electoral que Balaguer cometió contra José Francisco Peña Gómez y para evitar, por consiguiente, otra guerra civil. Algunas de aquellas reformas aún persisten, como la doble vuelta electoral y el 50% más uno para ganar en la primera.

En el 2000, Hipólito Mejía alteró la tradición antireeleccionista del PRD y, aunque perdió la reelección en 2004, introdujo en la Ley Fundamental la modalidad de dos períodos y nunca jamás, que posteriormente recuperaría Danilo Medina en 2015 y que, finalmente, ha adoptado Luis Abinader como cláusula pétrea, que impide al mandatario reelegirse más allá de ocho años.

Mientras tanto, la reforma del 2010 impulsada por Leonel Fernández trajo avances en materia de derechos fundamentales y de nuevos órganos extra poder; sin embargo, reformuló la cuestión de dos períodos y nunca jamás para permitir la repostulación del gobernante saliente luego de un tiempo, excepto para Medina, quien a partir del 2015, parafraseando la narración bíblica de Jacob y Esaú, “vendió su primogenitura por un plato de lentejas” a Fernández, entonces su hermano político, en aras de un segundo mandato que ahora hipoteca su futuro político.

Creo que Abinader se ha casado con la historia al proclamar el domingo 27 de octubre la Constitución 2024, cuya característica política trascendente yace en que termina “la era del caudillismo y el personalismo continuista”, que tal y como él afirmó, “históricamente pusieron en riesgo la democracia dominicana”.

Se trata de la cuadragésima reforma a la histórica ley de leyes desde aquella primera tortuosa proclamación del 6 de noviembre de 1844, al alba de la Independencia Nacional febrerista.

Diez artículos reformados y uno nuevo, en los que sobresalen, la prohibición de la reelección presidencial después de dos mandatos sucesivos, reducción del número de diputados, unificación de las elecciones, nuevo miembro del CNM y el Ministerio Público independiente.

Finalmente, subrayo la retórica de Abinader: “La estabilidad institucional es más que una aspiración, es una necesidad fundamental para el desarrollo y la paz”.