Hoy 14 de febrero se celebra en distintas partes del mundo el Día de San Valentín, también conocido como el Día del Amor y la Amistad
Por: Wendy Berroa Hernández
El amor a primera vista sí existe, es la afirmación que hace Elizabeth Mercedes de León, una dominicana, madre de tres niñas, oriunda de Sabana de la Mar. En su adolescencia emigró a Puerto Rico donde estudió psicología. Sin embargo, buscando mejores horizontes se traslada a la Florida en Estados Unidos, e inicia una nueva carrera en Justicia Criminal.
Una vez establecida allí, conoció a una persona y deciden casarse, la relación no resultó como ella esperaba, esa relación fue muy lastimosa, fue una relación muy difícil, pero de la misma surgió un tesoro: una niña, que llenaría su vida de dicha y alegría.
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Aunque el matrimonio se convertía día tras día en una tortura y un hueco profundo que cada vez se hacía más oscuro, lleno de ruidos, una de esas tantas historias aterradoras de las que tienes que huir.
«Lastimosamente, tuve que huir con mi niña. Logré escapar. Fui muy calumniada y maltratada. Viví mucho tiempo frustrada, hasta que logré divorciarme, y con ayuda psicológica y el apoyo de mi familia pude levantarme y salir adelante. Conseguí abrir las puertas de mi casa, pude salir a la calle, trabajar y fue en ese proceso que conocí a quien sería más adelante mi esposo», narró durante una entrevista.
Aseguró que cuando lo conoció supo que era el amor de su vida y por eso dice que el amor a primera vista sí existe.
«Yo estaba sumergida en la tristeza, mi vida giraba en torno a mis hijas y le oraba a Dios y le pedía que me ayudara a dar pasos certeros y me permitiera sanar y abrir mi corazón porque estaba muy lastimado», explicó.
Relató que un día fue a buscar a sus hijas a la casa de su madre y había un joven compartiendo con sus hermanos y cuando lo vio dijo: “yo con ese negro me caso…pero fue algo que me salió de manera inconsciente», narró entre risas. Agregó que luego, tomó a sus niñas y se marchó.
Todo quedó ahí y no lo volvió a ver por un tiempo. Sin embargo, el joven constantemente preguntaba por Elizabeth a los hermanos de ésta.
«Pasó el tiempo y un día recibo una notificación en Facebook de solicitud de amistad, era él, Yo la acepté y aunque él no me hablaba, veía que le daba me gusta a mis fotos, a veces las comentaba y un día me envió un mensaje privado diciendo: hola. Luego, de una semana y el siguiente mensaje fue para pedirle su número de teléfono. Y yo le dije que no, porque no lo conocía y todo volvió a quedar ahí», manifestó.
Explicó que el joven era jugador de béisbol, y que él estaba en Estados Unidos por compromisos de trabajo con el equipo que lo había firmado. Luego, los sueños del caballero se vieron frustrados tras sufrir una lesión.
«Un día me escribe y me dice que se va para República Dominicana, que ya estaba cansado y que no tenía necesidad de quedarse, que retornaba al país. Al leer esto, le pedí su teléfono por si él necesitaba hablar con alguien», dijo.
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Sin embargo, pasaron los días y la joven no lo llamó, por lo que el hombre volvió a escribir para pedir el número de la dama, quien procedió a dárselo, no sin antes dejar claro que no tenía ningún interés amoroso con él.
«En ese momento él me llamó y hablamos y al conversar con él me di cuenta que era una persona sencilla, muy humana, humilde, con un corazón hermoso. Pero yo lo veía como un chamaquito. Yo soy mayor que él y con un pasado oscuro que en ese momento me perseguía, y del que estaba tratando de salir, por lo que entendía que él no era lo que yo quería para el futuro de mi familia», enfatizó.
La persistencia fue la clave
Tras el intercambio de contactos empezaron a hablar por WhatsApp. «Seguimos hablando y él me enviaba mensajes muy lindos, no me atosigaba, era muy respetuoso».
Después de un tiempo, se volvieron a ver en un baby shower. «Cuando lo vi ahí, me quería morir, lo único que atiné a decirle fue ¿quieres que te traiga la comida? Y sin darme cuenta lo estaba atendiendo como un príncipe, eso a él lo cautivo, que yo me dedicara a él habiendo tantas personas en esa actividad», explicó.
Prosiguió diciendo que al otro día el joven la llamó y le expresó: Me gustó mucho verte, me encanta tu sonrisa, eres muy hermosa y me gustaría poder salir contigo.
A lo que esta respondió: Tengo dos niñas. Estoy pasando por muchas situaciones y no estoy en condiciones de iniciar una relación. No hay ningún lugar donde yo pueda estar contigo. Tengo muchos compromisos familiares y estoy atravesando una dura separación que terminó en divorcio.
Elizabeth confesó que su afán por proteger su corazón le decía cosas para que se alejara de ella, pero para su sorpresa, él no se dio por vencido.
La primera salida
«La primera salida fue llevar a las niñas a un centro de diversión y él se enfocó tanto en cuidar y agradar a mis niñas. Jugaba con ellas, se montaban en los juegos, las cuidaba para que no se cayeran, en fin, se manejó como un caballero respetuoso».
Nos casamos y creo que fue la mejor decisión
Elizabeth por fin entendió que José Martín Rodríguez, fue la pieza clave.
«Me trajo alegría, me devolvió la esperanza de vivir y formar una familia, de a poco llenó cada espacio de vida con su cariño, respeto y amor.
Con el tiempo decidimos tener otro niño.
Hoy tenemos un hogar estable junto a mis tres niñas y puedo decir que somos una familia feliz, con sus altas y bajas pero juntos, unidos, trabajando en el mismo equipo. Y sí, hoy puedo decir…que el amor a primera vista sí existe y de la mano de Dios se vive mejor.
Él es el hombre que yo siempre le pedí a Dios, el hombre que yo soñé tener, pero pensé que no existía, me ha demostrado respeto, es un hombre que me ama y ama su familia».