Sanar las heridas de amor y superar el duelo

Sanar las heridas de amor y superar el duelo

“La curación es la manera de superar la separación”.

UCDM

¿Quién no ha sido herido por gente que ama? De todas las relaciones las más difíciles de superar son: 1. Los padres y 2. La pareja. Algunas personas creen que los padres forman parte de un destino inevitable, ya que conscientemente no participamos de nuestro origen. En cambio, la relación de pareja ocurre cuando tenemos cierta madurez y nos solemos culpar mucho de lo que ocurre.

La escritora francesa George Sand decía: “Nos equivocamos a menudo en el amor, a menudo herido, a menudo infeliz, pero soy yo quien vivió, y no un ser ficticio, creado por mi orgullo”.¡En mi caso no fue así! Estuve manejada por mi ego durante varias décadas. Mis elecciones me llevaban a dramáticos desenlaces.

El duelo es un proceso muy doloroso, y al mismo tiempo sumamente necesario para poder ir a la siguiente relación libre de cargas pasadas. Según los especialistas, las etapas del duelo son: 1-estado de impacto, el shock hace que la persona no reaccione y actúe como si no hubiera pasado nada, 2-negación de la pérdida, la persona sabe lo que ha perdido, pero no quiere aceptarlo y fantasea con que es un error, 3-tristeza profunda, se tiene la creencia de que la vida no volverá a ser buena, 4-culpa, se tienen pensamientos respecto a qué podría haber hecho o dicho para que no ocurriera la perdida, y 5-rabia, la persona se da cuenta que todo no fue su culpa y puede repartir la responsabilidad de lo ocurrido.

La fase de rabia se considera “positiva” porque si algo o alguien nos provoca rabia, buscamos apartarlo de nuestra vida y seguir adelante.Hubo una época en la que me enojaba con las personas que sentía que me habían herido, y en vez de entrar en contacto con esa rabia y ofrecérsela a Dios, la negaba.

Salía a bailar, me iba a la playa, visitaba el bar de moda, o cualquier otra cosa que me sirviera para evadir. Por un tiempo evitaba el dolor, pero instalaba el duelo en mí. ¿Quién es feliz cuando está en duelo? Cronifiqué tantos procesos que estar mal era habitual.

Rara vez, escogemos de manera consciente las barreras que ponemos para separarnos del amor. Simplemente, buscamos protegernos del dolor a cualquier precio. Creía que la lección por aprender era no ser “tan sensible”. No sospechaba que la rabia era parte de la necesaria curación.

El psicólogo estadounidense Daniel Goleman cree que sentir las emociones es lo que hace a nuestra vida rica. No podemos sanar desde el engaño a nosotros mismos.

Cuando noelaboramos el duelo de forma adecuada se expresará en forma de bloqueos. Conductas como la “momificación”, en la que conservamos todo lo que pertenecía a la antigua pareja, o la “evitación” en la que rompemos con todo lo que nos relacione con él o ella, perpetúan el dolor no elaborado.

Si no llevamos las emociones negativas a la conciencia, no tienen adónde ir. Entonces, se convierten en un ataque inconsciente e inapropiado contra los demás, y contra nosotros mismos. ¿Conoces gente que inconscientemente elige relaciones para castigarse a sí mismo?

Gracias a mis heridas de amor no sanadas, inicié algunas relaciones de pareja con dos factores en contra: estaba cerrada al compromiso y a la defensiva, artillada con flechas envenenadas con la rabia inconsciente que sentía.

Al mirar atrás me puedo ver con benevolencia, al darme cuenta que mis barreras eran como cuchillos afilados, que le cortaban las alas al más santo de todos los hombres. Al asumir mi parte de responsabilidad en los resultados que obtuve, el dolor escondido emergió y he podido ir sanándolo.

Hace unos días, la amiga de una de mis hijas me hizo un comentario que me hizo meditar en el proceso de sanación de mis heridas amorosas. Al enterarse de que una persona, con quien hice pareja hace unos años, se había casado me dijo:

“A muchas mujeres inteligentes nos resulta muy difícil encontrar hombres realmente capaces de amarnos y de comprometerse con nosotras. Quizás es cierto que los hombres las prefieren tontas”.

Su manera de pensar me hizo recordar lo difícil que era para mí, cuando al igual que ella creía cosas así. En el fondo, esta idea esconde un desprecio por los hombres, a los que culpamos de no “valorarnos”. El dolor emocional y las programaciones inconscientes hacen que no veamos a los demás tal como son. Les reprochamos a otros las cosas que otras personas nos hicieron en el pasado.

Nuestras defensas reflejan las heridas, que nadie excepto nosotros mismos podemos sanar. Los demás pueden darnos amor sincero, pero si ya estamos convencidos de que no se puede confiar en la gente, si esa es la decisión que ya hemos tomado, entonces nuestra mente interpretará el comportamiento de la persona como una prueba de que hemos llegado a la conclusión correcta.

Quien se defiende de ser abandonado, crea una y otra vez las condiciones adecuadas para que ocurra lo que cree. Cuando una situación dolorosa reaparece es para llamar nuestra atención, en una determinada dirección. La finalidad es que podamos sentir de nuevo lo mismo y tengamos la oportunidad de llevar la mirada a la herida que aún no ha sanado.

El pintor neerlandés Vincent van Gogh expresó: “Es necesario haber amado, después perder el amor y luego volver a amar todavía”.Un Curso de milagros dice que decidimos lo que queremos ver antes de verlo. Si lo que llega ha sido llamado por una antigua herida de amor que no ha sanado, recomienda decir: «Amado Dios, estoy dispuesto a ver esto de otra manera. Estoy dispuesto a recordar quién soy».

¿Te digo? ¡Funciona!

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