Florida, EE.UU. Con Gary Sánchez y Greg Bird, los Yanquis de Nueva York confían que están en condiciones de pelear por clasificarse a los playoffs, inclusive cuando están inmersos en un periodo de renovación juvenil.
Los toleteros de 24 años están a todo vapor en los juegos de pretemporada: ambos batean bien por encima de .300, con tres jonrones cada uno.
Es una señal alentadora dentro del proyecto de Nueva York, uno combina aspectos de la filosofía de equipos de mercados chicos al apilar prospectos y la habilidad de gastar a manos llenas para cubrir posiciones fichando agentes libres. “Ahora es que se aproxima el gran desafío”, dijo el dueño de los Yanquis Hal Steinbrenner.
“Algunos de ellos ya demostraron su calidad el año pasado, pero no han tenido una temporada completa. Se siente como si es la primera vez en muchos años que estamos en esa posición. Es algo excitante”.
Sánchez subió a las mayores el 3 de agosto para asumir como receptor titular, y acabó cuajando una producción sensacional en los últimos dos meses. Pese a que disputó apenas 53 juegos, pudo empatar el cuarto puesto de más jonrones de un novato de los Yanquis. Totalizó 20 y quedó segundo en la votación del Novato del Año de la Liga Americana. “No tengo presión”, declaró Sánchez.
“Estoy trabajando fuerte para seguir mejorando en la ofensiva y en la defensa”. Bird disparó 11 jonrones en 46 juegos en 2015, pero el primera base se perdió toda la pasada temporada por una lesión en el hombro derecho. Otra promesa de 24 años, Aaron Judge, apunta para iniciar la campaña como titular en el bosque derecho.
“Es un poco distinto”, señaló el jardinero Brett Gardner, quien ha quedado como el Yanqui con más años de servicio dentro del roster. “Hay mucha juventud en el camerino. Me toca a mí y los otros veteranos ayudarles para que se sienten a gusto y puedan rendir”. La última dinastía Yanqui — cuatro títulos de la Serie Mundial entre 1996-2000 — surgió de forma parecida.
Andy Pettitte, Derek Jeter, Mariano Rivera, Jorge Posada y Bernie Williams formaron parte del núcleo de esos campeones, producto del sistema de ligas menores de la franquicia. “Toda esta juventud, te llena de entusiasmo”, comentó Pettitte, quien en esta primavera ha cumplido funciones de asesor de pitcheo.
“Es una buena inyección para la organización. Será interesante ver cómo marcha todo y el avance. Ojalá que un puñado de estos chicos se convierta en una base sólida para los próximos 10 y 15 años en esta organización. Será algo especial”. Tras rezagarse en la tabla de posiciones a mediados del año pasado, los Yanquis optaron por desprenderse de jugadores.
Los relevistas Andrew Miller y Aroldis Chapman fueron canjeados, al igual que el jardinero Carlos Beltrán. A cambio, obtuvieron a prospectos como el torpedero venezolano Gleyber Torres, el pitcher Justus Sheffield y los jardineros Clint Frazier y Billy McKinney. Todos podrían ser parte de una camada que también incluye al pitcher James Kaprielian.
Además, los Yanquis acabaron fichando al cubano Chapman en la agencia libre. “Tenemos la oportunidad de armar un equipo de Grandes Ligas muy joven y que será duradero durante muchos años y que a la vez sea contendor”, declaró Gary Denbo, el vicepresidente de formación de peloteros de los Yanquis. Pero no siempre todo puede salir a pedir de boca.
Los Yanquis quieren darle la oportunidad a Luis Severino, de 23 años, para que se gane un puesto en la rotación, detrás de Masahiro Tanaka, CC Sabathia y Michael Pineda. Pero el dominicano no acaba de convencer.
Severino evidenció problemas de control el miércoles, empleando 51 pitcheos para cubrir dos innings ante Canadá. “No estuvo bien”, comentó el manager de los Yanquis. “Dominar la recta es vital. Poder mantener la pelota bajita en la zona es importante para él, y la pasa mal cuando la deja arriba”.
Aún con toda esa carga de juveniles, los Yanquis no tienen miedo alguno de gastar en la agencia libre. Durante el invierno, Nueva York adquirió a Chapman (85 millones, cinco años), el bateador designado Matt Holliday (13 millones, un año) y el primera base Chris Carter (3,5 millones, un año).
“Hemos ensamblado un equipo que consideramos puede ser un contendiente, pero tenemos algunas incógnitas con los jóvenes”, resaltó Steinbrenner. “El que la gente crea o no que tengamos posibilidades, esa es su opinión. En lo que respecta a estos jugadores, están completamente convencidos que sí la tiene y saldrán a dar la cara”.