Santa Macana

Santa Macana

Claudio Acosta

Aunque un poco tarde debido, mas que nada, a otros temas que se atravesaron en el camino, lo primero que quiero decir, a propósito del nombramiento de un Director de la Policía de línea dura, es que la experiencia ha demostrado que la macana, tan combatida como reclamada, no resuelve el problema de la delincuencia.


Si fuera así Candelier y Guzmán Fermín tendrían cada uno una estatua en alguna de nuestras plazas, y los delincuentes no andarían en las calles haciendo de las suyas sino que estarían disfrutando, tranquilitos y sin perturbar a nadie, de la paz definitiva de nuestros cementerios.


Por eso ha confundido la designación del general Eduardo Alberto Then, pues a no pocos ha resultado chocante que en momentos en que se quiere reformar la Policía, convertirla en una institución moderna, eficiente y, sobre todo, respetuosa de los derechos humanos, se designe a un digno representante de la vieja guardia con fama de recto hasta la arbitrariedad, para que ponga en marcha ese cambio tan urgente como necesario.

Pero aunque existan razones para estar prejuiciados sobre los resultados de la misión que se le ha encomendado, lo justo es concederle el beneficio de la duda, y permitirle la oportunidad de honrar la responsabilidad que ha puesto sobre sus hombros el presidente Luis Abinader Corona.


Otra apuesta arriesgada del Gobierno del Cambio, que ha tenido la valentía, eso hay que reconocerlo, de acometer una reforma de ese calado, que necesitará tiempo, recursos y mucha perseverancia para alcanzar los objetivos mínimos deseados.


Ayer, durante la celebración del día de San Judas Tadeo, patrono de la Policía, su Director reiteró su firme determinación de impulsar el cambio estructural que necesita la institución. Y como se sabe que hay hábitos y creencias que, después de cierta edad, resultan difíciles de abandonar, de vez en cuando puede prenderle un velón a Santa Macana, siempre y cuando no pase de ahí.

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