1 de 2
El pasado 16 de octubre, a iniciativa del alcalde y artista Manuel Jiménez, se celebró el XIX aniversario del establecimiento de la provincia de Santo Domingo y de los municipios de Santo Domingo Este, Santo Domingo Norte, Santo Domingo Oeste y Boca Chica y varios distritos municipales, en base a la Ley No. 163-01, firmada por el presidente Hipólito Mejía, lo que hace propicia la ocasión para hacer algunas reflexiones históricas y prácticas acerca de esta icónica y polifacética comunidad, cuna del mundo hispanoamericano; y forjadora de la identidad dominicana.
Nuestra isla, llamada Haití por los aborígenes, fue bautizada por Cristóbal Colón como “La Española” quien desembarcó por la parte norte y allí estableció en 1493 una primera villa con el nombre de “La Isabela”.
En el 1496 erigió Bartolomé su hermano al este, a la desembocadura del río Ozama, un pequeño baluarte para proteger una mina de oro que se comenzaba a explotar junto al río Haina, origen de la ciudad de Santo Domingo.
La precariedad de alimentos e insalubridad del enclave de la costa norte indujo el traslado de la capital de la naciente colonia a la costa sur, que quedó bautizada con ese nombre en honor al padre del Descubridor y de su hermano el gobernador de esta isla.
El término de “Ciudad”, tiene varias acepciones: una es para definir el territorio, donde vive concentrada la parte urbana de un municipio, provincia o región; otro a la parte urbana de un municipio, también el conjunto de edificios e instalaciones que cumplen una función social determinada, como la militar, sanitaria o religiosa.
El posterior descubrimiento y colonización de vastos territorios de Tierra Firme, con abundantes reservas de oro y la creciente presencia de corsarios en el Caribe, determinaron el deterioro y despoblación de esta isla, que pasó a llamarse Santo Domingo, así como la pérdida del oeste y parte del norte de la isla generó el surgimiento del Saint Domingue Francais.
Luego de la independencia haitiana en el año 1804 y de la dominicana del 1821 y del1844, Santo Domingo pasó a ser el nombre de la provincia y la ciudad capital de la República Dominicana, aunque también el nombre del país y de la isla, aunque esta última no es aceptada por el Estado vecino; mientras la comunidad científica la ha designado “La Hispaniola”.
En 1939 luego de cambiarle el nombre 2 años atrás a esta ciudad por el del dictador Trujillo; se le puso ese nombre al Distrito de Santo Domingo, hasta el 1945 que pasó otra vez a denominarse Distrito Nacional y tras la muerte del tirano volvió a su nombre original la ciudad.
Al producirse la creación de la provincia de Santo Domingo en el 2001 con sus municipios y distritos municipales, y habiéndose establecido por creación popular el gentilicio de “capitaleño”, para los habitantes del antiguo Distrito Nacional, lo que no tiene ninguna objeción que hacer, queda por fijar el gentilicio para los habitantes de la provincia, que bien podría ser “domingueño” o “santodomingués”, aunque yo no inclinaría por la primera denominación.
Solo falta que el Gobierno, luego de una consulta popular, lo oficialice para la provincia y los otros municipios.