La Unión Europea reaccionó hoy con satisfacción ante el resultado del referéndum de Escocia en contra de su independencia del Reino Unido.
El resultado es «bueno» y favorece una «Europa más unida y fuerte», declaró el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso.
Si Escocia desarrolla ahora una mayor autonomía cultural y económica bajo el paraguas del Reino Unido podría convertirse en «un modelo» para el resto de países con movimientos independentistas, opinó el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz.
Schulz se mostró «contento» con la victoria del «no» y también con el desarrollo de la consulta, «un proceso interno y democrático en el Reino Unido, donde el referéndum había sido reconocido por el Gobierno en Londres».
El presidente permanente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, afirmó que «el Reino Unido es y será un importante miembro de la Unión Europea en beneficio de todos los ciudadanos y de todos los Estados miembros de la UE».
La atención se centra ahora sobre los cambios que seguramente ocurrirán después del referéndum, opinó el primer ministro irlandés, Enda Kenny, quien se refirió a los relacionados con la devolución de poderes. «Este proceso lo seguiremos muy de cerca en Irlanda», dijo.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, felicitó a los escoceses por haber protagonizado un «escrupuloso respeto a la legalidad» que les ha llevado a evitar las «graves consecuencias» que habría conllevado la independencia.
La declaración de Rajoy se produce en la jornada en la que el Parlamento de Cataluña tiene previsto aprobar una ley que permita convocar una consulta soberanista en la región, que el Gobierno español rechaza por inconstitucional.
Para el secretario general del Partido Socialista (PSOE) español, Pedro Sánchez, «es una buena noticia que se decida permanecer unidos. Los escoceses han elegido el autogobierno… juntos», afirma en su cuenta en Twiter, y añade: «la lección: que debemos hablar más de los beneficios de la unidad».
El presidente de turno de la Unión Europea, el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, se mostró convencido de que la UE «sacará provecho» de este referéndum, que supone «el fortalecimiento de nuestras acciones comunes para dar respuestas concretas a las peticiones de nuestros ciudadanos».
El presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, destacó que los escoceses han mostrado su «preferencia por la estabilidad dentro del Reino Unido y de la UE».
Con todo, señaló Weber que pese al resultado «el número de ciudadanos que expresaron su aspiración de independencia no puede ser ignorado».
El Gobierno alemán aplaudió la decisión de los escoceses y su portavoz, Steffen Seibert, destacó que «han votado de forma significativa a favor de mantenerse en el Reino Unido y en contra de la independencia», y reiteró el «respeto» expresado por la canciller Angela Merkel por el proceso.
El presidente del Comité de Poderes Locales y Regionales del Consejo de Europa, Herwig Van Staa, celebró como «una victoria de la democracia» que el referéndum se haya desarrollado pacíficamente y conforme a las reglas institucionales.
Interrogado por el movimiento soberanista catalán, Seibert subrayó que los contextos legales para convocar un referendo enEscocia y Cataluña son «totalmente distintos», como ya apuntó la canciller en su última visita a España.
El desenlace del referéndum es para el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, una muestra de que «el mundo aún no ha enloquecido totalmente», opinó el socialdemócrata, cuyo país se separó de la vecina Eslovaquia en 1993 mediante un acuerdo político entre ambas partes.
Como «una batalla perdida con honor» definió el europarlamentario del partido independentista italiano Liga Norte (LN), Mario Borghezio, el resultado escocés y culpó de la victoria unionista a «la enorme presión ejercida por los poderes económicos y políticos».
Borghezio sentenció: «más vale un día como ‘Braveheart’ que cien años al servicio de los bancos».
También mostraron su «desilusión» ante el resultado escocés los partidos de lengua germana de la región italiana de Alto Adige y de la parte sur del Tirol, que reclaman una mayor autonomía.
La líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, señaló que la posición europeísta de los independentistas escoceses le parece «bastante incoherente», en la medida en que querían sustituir «el yugo» del Reino Unido por «la sumisión» a la Unión Europea.
«Proponer liberarse de una unión presentada como un yugo para sustituirla por otra sumisión, otra dependencia, en este caso a la Unión Europea me parece bastante contradictorio», comentó Le Pen en una entrevista a la emisora «RFI».