Las remesas digitales son el futuro, pues tienen un menor costo y las tendencias tecnológicas emergentes están posicionadas para acelerar su crecimiento.
Aunque hace años que la República Dominicana dejó atrás los costos de envío de remesas de tiempos remotos, cuando predominaban prácticas oligopólicas que imponían tarifas de intermediación onerosas, todavía el costo de transacción es considerado como un proceso de pago caro e ineficiente.
Según la base de datos Remittance Prices Worldwide, el costo promedio de enviar remesas a América Latina en 2023 fue del 5,8 por ciento y la República Dominicana figura en todos los informes como uno de los destinos más caros. El objetivo de las Naciones Unidas es que ese costo baje al tres por ciento.
Para la República Dominicana, que según cifras del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), recibió remesas ascendentes a US$10,157.2 millones en 2023, se trata de un tema relevante.
De ahí que hayamos considerado de interés darles a conocer un informe que acaba de emitir Mastercard sobre “El futuro de las remesas en América Latina: digitalización, múltiples rieles y el rol estratégico de las alianzas”, el cual arroja luz sobre los factores que influyen en el costo de envío de las remesas y los cambios que se han venido produciendo para que el proceso sea más eficiente y competitivo.
De acuerdo al estudio, la prevalencia del efectivo en las transferencias de remesas no solo disminuye el monto final que reciben los destinatarios, sino que también incita a los usuarios a recurrir a canales informales, incluidos operadores de transferencias de dinero sin licencia, agencias de viajes que ofrecen servicios complementarios y comerciantes o conductores de autobuses locales, que a menudo forman parte de redes transfronterizas complejas y peligrosas.
El Banco Mundial cree que estos flujos no registrados que tienen lugar a través de canales informales son al menos 50 % mayores que los flujos registrados.
Las remesas digitales son una alternativa, pues según señala el informe, más allá de reducir los costos, también pueden mejorar el acceso y aumentar la seguridad, todos elementos necesarios para garantizar remesas más rápidas, seguras y económicas para los receptores.
Pero si bien las remesas digitales han logrado grandes avances en la última década, todavía queda un inmenso trabajo por hacer, sobre todo en América Latina, que se encuentra rezagada en términos de penetración de remesas digitales (en comparación con el promedio mundial).
El estudio revela que aunque las remesas han crecido con mayor rapidez en América Latina y el Caribe que a nivel global (una tasa de crecimiento anual del 10 % desde 2014, en comparación con un 4 % a nivel global), el crecimiento en la región se ha dado a una tasa anual menor que la tasa global: un 23 % frente a un 25 por ciento en todo el mundo.
Además, las remesas digitales en la región solo tienen una participación del 43 % del mercado total, la cual es casi 10 puntos porcentuales menos que la participación de mercado de las remesas digitales a nivel mundial.
Pero a pesar del rezago de la región, las remesas digitales son el futuro, pues las tendencias tecnológicas emergentes están posicionadas para acelerar aún más su crecimiento en la medida en que las familias descubran que el camino digital es menos costoso y más rápido, y también puede ser más seguro.