Aunque el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su canciller Serguéi Lavrov, hablan de ejercicios militares con Bielorrusia y otros aliados, la Alianza del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Estados Unidos, insisten en la inminencia de una invasión rusa a Ucrania.
Europa y Estados Unidos temen otra “Crimea de 2014”, y vigilan el grueso de soldados rusos y naves de asalto y misiles táctico Iskander que cercan parte de Ucrania. Mientras la “guerra” informativa arde, y el Pentágono y el Kremlin se desmienten. Y la diplomacia luce con la mecha mojada.
Ucrania en cifras
Este país ocupa la parte meridional de la enorme llanura rusa. Tiene 603,700 kilómetros cuadrados (RD cabe 12 veces en ese territorio), y 44 millones de habitantes. Su capital es Kiev. Su historia moderna se inicia con los eslavos orientales en siglo IX, llegando a ser la nación más poderosa de Europa, pero se desintegró en el siglo XII.
Entre XVI y XVII, Ucrania fue sede de la primera democracia moderna durante la rebelión Jmelnytsky. Luego la gran guerra del norte divide el país en regiones. Al final del siglo XIX una parte de su territorio queda bajo el Imperio ruso y otra controlada por el Imperio austrohúngaro. En 1922 Ucrania fue unida al mapa de la entonces Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, URSS, matrimonio que duró hasta 1991, fecha de la disolución de la URSS.
Hoy Ucrania, que ya perdió Crimea, “hace ojos bonitos” a la OTAN que la ve, junto a Georgia, como un futuro miembro, mientras Rusia arde de ira y teme ver la Alianza más cerca de su frontera.