Es llover sobre mojado pero, aunque parecería estar de más, hay que insistir: extrememos las medidas para que así regresemos a nuestras labores -sin contratiempos- el próximo lunes 10 de abril. ¡Seamos sensatos para no engrosar la terrible lista de los muertos!
El año pasado 34 personas fallecieron durante la semana menos santa del año. En total hubo 187 accidentes de tránsito, en los que 257 personas resultaron afectadas. ¡Demasiado en solo cuatro días!
Como es costumbre, el alcohol se une a la imprudencia en un baile letal. Muchos, bajo el “a mí no me pasará” se van en una y olvidan lo más elemental: si vas a conducir, no bebas; y si bebes, no manejes. ¿Por qué nos cuesta tanto entenderlo?
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Los dominicanos amamos el coro y el “romo”. Entendemos que sin alcohol no hay gozo ni alegría y eso, de tan arraigado en nuestra esencia, nos hace ser los amos de la temeridad y la irresponsabilidad.
Lo más triste es que los más inconscientes suelen llevarse por delante a gente inocente a la que le destruyen la vida.
Sería bonito pensar que esta semana haya quien se siente a reflexionar y hacer las cosas bien, invitando a sus amigos y conocidos a hacer lo mismo. Si todos nos comprometemos a ser mejores podemos cambiar los números. ¿Se animan?