El sector lechero ha sido capaz de responder ante la desgravación arancelaria del DR-Cafta con mejoras en la calidad y la productividad de la leche, aunque todavía tenemos rezagos que debemos superar.
Esto explica que aunque la desgravación de la leche concluyó en 2022, el sector ganadero sigue en pie.
Solo faltaba la desgravación arancelaria para el queso mozzarella, que terminará ahora, pero las expectativas son de que la industria de lácteos la asimilará y no parecerá.
Sin embargo, es mucho lo que falta por hacer en productividad y calidad para hacer más fuerte a nuestro sector lechero.
Aunque las empresas más organizadas han mejorado significativamente la productividad, la productividad promedio se mantiene todavía baja, en alrededor de 4.5 litros por vaca, dadas las precariedades en los procesos productivos de los pequeños productores.
Con un poco de esfuerzo de los sectores público y privado, se podría lograr que en tres o cuatro años esa productividad se eleve a entre 7 y 8 litros, pero para ello se hace necesario implementar medidas que conduzcan a esa meta.
Muchas de esas medidas están contenidas en el proyecto PROMEGAN que el Gobierno ha lanzado.
En primer lugar, está lograr una mejora en pastos y forrajes. De las aproximadamente 19 millones de tareas dedicadas a la ganadería bovina, sólo entre el 20% y 40% cuenta con pasto mejorado, con el agravante de que regiones altamente ganaderas como el Noroeste poseen solo el 15.9% de pasto mejorado.
El objetivo del proyecto PROMEGAN es fomentar 250 mil tareas de pastos y forrajes mejorados para favorecer la producción de leche y carne en el país, lo cual haría más competitivo al sector porque reduciría costos de producción por las disminuciones del uso de alimentos balanceados que salen más caros.
Otro tema que se ha venido trabajando y en torno al cual hay que hacer más es mejorar la genética y fortalecer la inseminación artificial.
En cuanto a la calidad de la leche, hay que reconocer que se ha hecho mucho, aunque es evidente que se debe hacer más. Los centros de acopio son fundamentales y tanto el Estado, a través de Proleche, como las empresas procesadoras de leche han hecho un gran aporte. Con la refrigeración en los centros de acopio, la leche se conserva en condiciones de calidad e inocuidad compatibles con las mejores prácticas.
Pero hay otra tarea a acometer y también está entre los planes, que esperamos se cumplan: masificar el ordeño automatizado.
Son muchas las ventajas del ordeño automatizado. La principal es que reduce el riesgo de contaminación y permite un análisis más frecuente de la leche.
El ordeño automatizado también hace más eficiente el proceso, ya que permite ordeñar a un mayor número de vacas en menos tiempo, optimizando el uso de recursos y aumentando la producción.
También asegura una mayor frecuencia de ordeño, lo que se traduce en una mayor producción de leche y una mejor calidad de la misma. Además, facilita la detección temprana de enfermedades.
De manera que está claro el camino que conducirá a un fortalecimiento del sector lechero de la República Dominicana, a través una mejora en la calidad de la leche y de un incremento en la productividad. Sería la mejor respuesta ante la conclusión de la desgravación arancelaria del DR-Cafta.