El nuevo coronavirus o Covid -19 tiene en vilo al mundo, ya que se transmite con tal facilidad de persona a persona que es imposible detener su propagación a menos que haya total aislamiento.
Precisamente por su impresionante propagación a escala mundial, esta enfermedad ha sido declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y aparentemente no habrá nación que quede invicta. El coronavirus no respeta clases sociales, espacios, edad, región, no hay manera de blindarse a menos que realmente sigamos las instrucciones.
Es mucho lo que se ha hablado respecto a sus síntomas, los cuales -para colmo de males- suelen confundirse con procesos gripales e influenzas. Los síntomas más comunes del virus, en principio, son: cansancio, fiebre y tos seca, pero en algunos afectados este se identifica con dolores en el cuerpo, de garganta, congestión nasal, ardor de ojos y diarreas. Según informaciones contenidas en el sitio web de la OMS, este virus es de “característica básicamente respiratoria”, e inicia en la garganta y la nariz.
Se ha hablado también intensamente sobre el protocolo a seguir, las medidas de higiene, cómo se contagia en el aire, cuánto dura en superficies…
Pero los afectados por esta enfermedad viral no solo experimentarán los síntomas mencionados, sino que tendrán secuelas patológicas e incluso psicológicas, debido al rechazo de la sociedad ante quienes lo padecen, así como también la secuela económica que dejará en todas las naciones por el cese obligado de la inmensa mayoría de sus actividades.
Secuelas del coronavirus o Covid-19 en el organismo. Según especialistas del área de la infectología, uno de ellos, William Schaffner, profesor de Medicina Preventiva y Enfermedades Infecciosas del Centro Médico de la Universidad Vanderbilt, en Estados Unidos, quien habló respecto al tema a la BBC Mundo, cuando el virus entra al cuerpo, por ojos, boca o nariz, suele sujetarse a las células de la mucosa del fondo de la nariz y la garganta. Debido a que el coronavirus es un agente infeccioso, se adentra a la membrana de la célula y desde allí da órdenes para la reproducción de otros virus. Luego que estos se reproducen, salen de la célula de origen, la que previamente destruyen, y entonces comienzan a infectar a otras células.
Cada virus puede crear entre 10 000 y 100 000 réplicas y es entonces cuando el sistema inmunológico del cuerpo empieza a sentir que hay una deficiencia, se produce dolor de garganta, congestión nasal y dificultad para respirar, debido a que el virus ataca básicamente los conductos bronquiales, las vías respiratorias que llegan hasta los pulmones, ocasionando desde aquí la inflamación de las mucosas de estos, según explicó Schaffner. En la medida que el virus hace este recorrido por el cuerpo, específicamente por los conductos respiratorios, va aumentando la inflamación en el organismo, porque se produce una especie de pelea. Por eso aparecen la fiebre y la inapetencia.
Debido a que el cuerpo no recibe suficiente oxígeno, se produce una falla en la respiración y al corazón, al no recibir el oxígeno requerido a través de la corriente sanguínea, se le imposibilita funcionar.