Apertura de espectáculos. Un encuentro con la cultura
Con un fuerte aplauso es recibido el joven director Santy Rodríguez; luego escuchamos las primeras notas que como un trino encantador nos conectan con nuestra tierra, con nuestra idiosincrasia, inician las “Tres Imágenes Folclóricas” del compositor dominicano Ramón Antonio –Papa- Molina.
Esta obra espectacular inicia con “Los Congos de Villa Mella”, esta primera imagen es un homenaje a esta cofradía declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Como en un eco lejano escuchamos una segunda imagen, es un lamento, “La Muerte de Mandé”, personaje de leyenda, producto de la inventiva popular. La tercera imagen “Monte Adentro” es un merengue fascinante; destacan en la lograda instrumentación de esta obra, los metales, la percusión, que exaltan nuestras raíces folclóricas. La orquesta motivada luce espléndida.
El público motivado se levanta de sus asientos y produce una gran ovación, y en un gesto noble el director Santy Rodríguez baja a la platea y entrega un ramo de flores a José Antonio Molina y otro a Josefina Miniño de Molina, hijo y viuda de Papa Molina, como homenaje a ese gran músico, a su legado imperecedero.
Luego del emotivo momento, la noche musical continúa con el concierto para piano No.23 K.488 de Amadeus Mozart, interpretado por la pianista Jasmina Gavrilovich.
Este concierto, uno de los más interpretados de Mozart, inicia el primer movimiento Allegro con una exposición de la orquesta, en la que aparecen tres temas hermosos, el primero anunciado por las cuerdas, luego un segundo lírico, y el tercero de ternura y calidez excepcionales. La solista ejecuta cada tema con ligeros ornamentos, muestra una gran sensibilidad.
El segundo movimiento “Adagio” apasionadamente bello, tiene un ritmo de siciliana, una ligera melancolía y un tono elegíaco, envuelve el movimiento, que la solista expone con gran expresividad. El tercer movimiento “Allegro Assai” es un rondo exuberante, un final alegre y brillante, en el que la pianista Jasmina Gavrilovich exhibe una técnica excelente que le permite reproducir la partitura con todos sus matices. El director consigue cohesionar todas las partes, orquesta-solista, logrando una totalidad sonora atrayente.
Luego del intermedio, el concierto cierra con “Variaciones Enigma” del compositor inglés Edward Elgar, con las que sentó precedente la música orquestal inglesa del siglo XX. En estas variaciones se retratan musicalmente catorce personajes cercanos al autor. La música de Elgar es hermosa, vigorosa, auténtica, y aun sin reminiscencias populares o folclóricas, muchos especialistas lo sitúan como un nacionalista, “su música es afín con el temperamento británico”.