La malnutrición se define como “un estado agudo, subagudo o crónico en que una combinación de grados variables de sobre o sub alimentación, con o sin actividad inflamatoria, han llevado a cambios en composición corporal y disminución funcional” (ASPEN). Aunque sabemos que la malnutrición por exceso – sobrepeso u obesidad – ha llegado a escalas de epidemia global, la desnutrición sigue siendo un problema de gran importancia, incluso dentro del ámbito hospitalario y sin importar la situación socio-económica del país.
En el 2012 la Sociedad Americana de Nutrición Parenteral y Enteral – ASPEN (por siglas en inglés) lanzó la campaña Malnutrition Awareness Week (MAW) – Semana de la Concientización de Malnutrición – para educar tanto a profesionales de la salud como a líderes gubernamentales, agencias comunitarias, pacientes, cuidadores y familiares sobre la detección temprana y tratamiento de la desnutrición. Esta semana iniciamos MAW21 con el lema “Nutrición es un Derecho Humano”.
En pacientes hospitalizados se ha visto que entre 20-50%, a su ingreso, presentan desnutrición. Esto aumenta las posibilidades de complicaciones que puede presentar el paciente: estadías hospitalarias prolongadas, riesgo de infecciones, mala cicatrización de heridas, desgaste de masa muscular y disminución de capacidad funcional. Todo esto se traduce en altos costos tanto para familiares como centros, mayor posibilidad de re-hospitalizaciones y mortalidad.
Detectar el paciente en riesgo o desnutrido desde el ingreso al centro es vital. Existen instrumentos que facilitan este proceso y pueden ser aplicados por cualquier personal de salud. Igualmente importante es conocer el grado de desnutrición y documentarlo en el expediente como se haría con cualquier otro diagnóstico. Luego, determinar el manejo adecuado. El diagnóstico y tratamiento del paciente es de competencia del médico nutriólogo. Cada centro de salud debe contar con un servicio de nutrición clínica con el equipo correspondiente – médico nutriólogo, nutricionista-dietista, químico farmaceútico y enfermera.
El abordaje del paciente va depender de su capacidad de ingerir alimentos y/o suplementos nutricionales por vía oral (boca) y por la severidad de su enfermedad. Desde orientar hacia la ingesta adecuada, agregar suplementos orales para alcanzar los requerimientos calórico- proteicos del paciente, requerir medidas como son nutrición enteral mediante la colocación de sonda naso-enteral (desde nariz a estómago o intestino delgado), una ostomía (por requerir nutrición enteral por tiempo prolongado, acceso quirúrgico directo a estómago o intestino) hasta casos mas extremos (Ej, obstrucción intestinal) que no pueden ser alimentados por via enteral (intestinal) y requieren serlo por vía parenteral (vena periférica o central).
Aprovechemos esta semana para preguntar sobre nuestro estado nutricional, mirar a nuestros adultos mayores y ver si están muy delgaditos, hacer visitas a los médicos nutriólogos para mejorar nuestro estado y así reducir los riesgos de enfermar. Si somos personal de salud, hablar esta semana sobre el tema en nuestros centros. La educación continua hace la diferencia! Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim