El Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino, inaugurado el 8 de mayo de 1948, dio nombre a dos pequeñas calles de Santo Domingo, localizadas cerca del sector “La Julia”.
Las vías aparecen señalizadas en planos desde 1976, identificadas como “Seminario”, “Del Seminario” y “Respaldo Seminario”, que es una continuación de la primera.
Ese centro de preparación de sacerdotes, donado por Trujillo, estuvo funcionando en la avenida Abraham Lincoln esquina avenida Bolívar hasta 1972 cuando se instaló en la avenida Sarasota. En 1981 lo ocupó la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, que existía desde 1962 en Santiago de los Caballeros.
A esta extensión, hoy notablemente ampliada, le llamó “Recinto Santo Tomás de Aquino”. La denominación fue variada hace poco por “Campus Santo Tomás de Aquino”, manteniendo en su nombre el recuerdo del antiguo seminario.
La obra se inició “debido, en buena parte, a la labor y planes de monseñor Octavio Antonio Beras, entonces arzobispo coadjutor de Santo Domingo, y del padre Luis González-Posada Rodríguez”, consigna José Luis Sáez, S.J, en “La otra historia del Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino, Apuntes para una nueva historia del centro educativo más antiguo del país”. Estos curas se ocuparon de la compra del solar y de la construcción, a un costo de 133 mil pesos “aportados en su totalidad por el presidente Rafael L. Trujillo…”, agrega.
Los trabajos fueron dirigidos por el maestro español Jesús Obregón, sobre planos del ingeniero Leo Pou Ricart. Se prolongaron durante 15 meses, entre el primer picazo, el 17 de febrero de 1947 y su inauguración, con la que se conmemoraron los 100 años del Seminario Santo Tomás de Aquino, fundado el 8 de mayo de 1848 con sede en el antiguo convento de Regina Angelorum. Se le ha definido como “republicano” porque la formación de clérigos se remonta a la época colonial.
En carta a Trujillo del 25 de diciembre de 1946, Beras le expresaba la necesidad de “formar un clero numeroso que no puede prepararse bien sino en un seminario que garantice una amplia adaptación de las mentes y los corazones de los aspirantes al sacerdocio… Este seminario único alojaría a todos los estudiantes que ahora se encuentran divididos entre el antiguo seminario de esta ciudad y el Seminario Padre Fantino del Santo Cerro”.
Trujillo respondió favorablemente adjuntándole un cheque por 23 mil 640 pesos para iniciar la construcción.
Se adquirió el terreno a la compañía “Julia” por 17 mil 850 pesos. Monseñor Alfredo Pacini, nuncio apostólico, bendijo el lugar y dio cinco picazos formando una cruz, apunta Hugo Polanco Brito en el libro “Seminario Conciliar Santo Tomás de Aquino”.
La propiedad, añade, comprendía 25 mil 500 metros cuadrados “situados sobre la avenida Fabré Geffrard (Abraham Lincoln) en la esquina noroeste de la avenida Bolívar”.
La inauguración. A las 10:00 de la mañana del 8 de mayo de 1948 fue inaugurado el Seminario. Beras bendijo la edificación y las banderas dominicana y pontificia enastadas al acorde de sus respectivos himnos, la primera por Julio Vega Batlle, rector de la Universidad de Santo Domingo y la segunda por González-Posada, rector del seminario.
Trujillo pronunció el discurso inaugural y dijo que “en estas crecidas erogaciones de mi Gobierno y las mías personales, para la formación del clero, he estado movido por mi propia acendrada fe de católico y por la convicción que tengo de que el catolicismo no es para la nación dominicana un factor secundario o adjetivo, sino que es substancia, esencia y vida de nuestro pueblo…”.
Con “sentidas palabras para agradecer a su Honorable y querido presidente”, habló Pittini, solicitando aplausos para el dictador, y le siguió Pacini afirmando a los seminaristas que “la ocasión de sólida formación que os depara la Divina Providencia es inapreciable”, exhortándolos a hacerla fructificar. Congratuló al padre González-Posada “que se mantuvo firme en el duro trabajo, con amor y con desinterés”.
El plan de distribución del edificio fue proyectado y realizado por el ingeniero Humberto Ruiz Castillo. Tenía dos plantas y oficinas de rectoría, dormitorios individuales, cuartos sanitarios comunes e independientes, “halls espaciosos y ventilados”, salones de lectura, biblioteca, dos capillas –mayor y menor-, refectorios. Contaba con capacidad para 200 seminaristas.
Además de González-Posada fueron rectores en este edificio los sacerdotes Ceferino Ruiz Rodríguez, Juan López Pedrás, Mariano Tomé Barrado y Francisco José Arnaiz y Zarandona.
Las calles. La calle “Seminario” se inicia en el frente de la iglesia Santísima Trinidad y continúa después del “Boulevard” de la 27 de Febrero con el nombre “Del Seminario”. Termina en la “Paseo de los Locutores”.
Otra vía es la “Respaldo Seminario” a la que se accede por la avenida Bolívar. No tiene salida. Está detrás de lo que fue patio del Seminario, hoy edificio de oficinas de la PUCMM.