Los agentes económicos no deben sorprenderse si el BC lo hace antes de que lo haga la Reserva Federal.

Se espera que en este mismo mes de agosto o a más tardar en septiembre próximo el Banco Central reiniciará el ciclo de reducción de tasas de interés, tras una pausa desde el 30 de noviembre de 2023, cuando bajó la tasa de 7,25% a 7,00%. Previo a esa reducción el BC había bajado las tasas en 2023 de 8,50% a 8,00% en mayo, de 8.00% a 7.75% en junio y de 7.75% a 7,50% en agosto.

El Banco Central ha mantenido esta pausa a pesar de que desde la tasa de inflación se ha mantenido durante ocho meses consecutivos por debajo de la meta de inflación: la tasa de inflación interanual fue a diciembre de 2023 de 3,57%, a enero de 2024 de 3,30%, a febrero de 3,30%, a marzo de 3,38%, a abril de 3,03%, a mayo de 3,20%, a junio de 3,46%, a julio de 3,54%.

La razón por la el Banco Central no vuelto a reducir las tasas de interés es porque ha querido evitar un ensanchamiento mayor entre en la brecha entre la tasa de sus tasas de interés y las de la Reserva Federal, que desestimule la entrada de inversiones extranjeras.

Pero el sacudión que tuvieron los mercados bursátiles el lunes pasado ante las dudas generadas en torno a si la economía estadounidense mantendrá o no su vitalidad, ejercerá presiones para que la Reserva Federal disponga sus mayores demoras el inicio de un ciclo de flexibilización de su política monetaria.

Esas expectativas, que algunos ya asumen como ineludible realidad, llevará al Banco Central, que cuenta además a su favor con tasa de inflación interna que está por debajo de la meta de inflación y genera tranquilidad, a bajar de nuevo las tasas. Y no sorprendan si lo hace antes de que lo haga la Reserva Federal.