Separados de mí nada podéis hacer. Juan 15: 5
El éxito no se alcanza fácilmente. Pero no es como piensan los del mundo ni en la manera como ellos lo buscan. Muchos logros se obtienen sin mantener los principios, porque no se alcanzaron de la forma correcta sino aplastando, sobornando, maltratando o haciendo un sinnúmero de cosas indebidas solamente por el hecho de ganar.
El verdadero éxito es el que proviene de mucho esfuerzo, dedicación, entrega, disciplina, compromiso. Tenemos que desarrollar todo esto día tras día sin menguar, apegados a los principios de la Palabra. Tengamos la certeza de que si permanecemos conectados con Dios, el éxito estará asegurado.
Es necesario saber que solos no podemos lograrlo. De ser así, Le robaríamos la gloria a Dios, lo cual es imposible. Pues cada meta que alcancemos ha sido y será por Él. En esto radica el ser una persona con éxito.
Separados de Él nada podemos hacer, dice Su Palabra. Estar con Dios nos asegura que lo que alcancemos no nos llenará de orgullo ni vanagloria, sino guardando nuestro corazón de todo lo que quiera levantarse para que Él no sea exaltado y nos haga creer que no lo necesitamos; porque solos no podemos hacerlo.
Dios está buscando corazones limpios
Señor, ¿quién puede residir en tu santuario?, ¿quién puede habitar en tu santo monte?
Salmos 15: 1
Por: Montserrat Bogaert
Hay una serie de condiciones que Dios exige para habitar en Su presencia. No cualquiera puede habitar en ella, porque ese lugar es tan santo y puro que el pecado no tiene espacio ahí. Es un lugar espiritual que se forma cuando vivimos en justicia, decimos la verdad de todo corazón, de nadie hablamos mal, no ofendemos al vecino, no aceptamos soborno y cumplimos con lo prometido.
Todo esto hace que la misma gloria de Dios no se aparte y habitemos en ella, porque Él está buscando esos corazones limpios, los que aborrecen el mal pero honran lo que Él honra. Así, jamás se moverá, estableciendo una morada permanente.