Hay que ser realista y tener un corazón fuerte”, declaró Alina Núñez, madre de Marlon Eduardo Báez Núñez, joven de 22 años con parálisis cerebral y microcefalia.
Entrevistada por Raquel Chueke Arbaje, del Equipo Led de Hoy para la Esquina Joven, la dama narró que su hijo ha sido una bendición para la familia.
“Solo una madre que ha concebido un hijo en esta condición puede entender lo que se siente. Ha sido difícil, muy difícil, pero es una bendición de Dios, y si tuviese la oportunidad de elegir, jamás cambiaría el concebir a mi hijo Marlon Eduardo”.
En febrero del próximo año el joven cumplirá 23 años, pese a que en su infancia solo le dieron una esperanza de siete años de vida.
Marlon Eduardo es el primero de cuatro hermanos concebidos por Alina Núñez y Marlon Báez Villar, nacido con dos condiciones especiales: parálisis cerebral y microcefalia. A su nacimiento, tanto él como su madre padecieron diversas complicaciones.
Milagro de Dios. Marlon sufrió siete paros cardíacos y permaneció 12 días en coma, lo que llevó a los médicos a rendirse y darlo por fallecido. Como milagro de Dios, a las cuatro horas regresó a la vida. El joven es llevado con regularidad a sus chequeos médicos para garantizar que su salud esté bajo control. Lleva una vida normal dentro de su condición y con ciertas limitaciones.
Escucha música y ve televisión. Toma el sol y de vez en cuando es llevado a dar un paseo en un parque o en la playa. “Estoy muy agradecida de Dios por la familia que me ha enviado, ellos han sido roca fuerte para sobrellevar la situación, expresó Alina.
Apoyo familiar. Explicó que Marlon Báez Villar, padre del joven, nunca le ha faltado; Paola, su hermana mayor, a pesar de estar estudiando en el extranjero conversa con él a través de facetime varias veces por semana; su hermana menor, Cristina, siempre busca incluirlo en sus labores cotidianas, y Marlon Enrique, el menor de los hermanos Báez Núñez, a pesar de no convivir diariamente con él, siempre vela por el bienestar de su hermano.
“En República Dominicana no hay programas de inclusión en la sociedad para infantes y jóvenes que padezcan de parálisis cerebral, microcefalia y otras tantas enfermedades catastróficas de las que ni siquiera se habla”.
Refirió que han tenido la bendición de contar con la ayuda de Luchy, quien les acompaña desde que Marlon nació tomando los cuidados imprescindibles para él. Sostuvo que Luchy regresa a su casa los fines de semana, y el sábado, antes de irse, deja preparada toda la alimentación necesaria para Marlon.
“Su apoyo siempre ha sido incondicional, convirtiéndose hasta en una madre más”, dijo.
De igual manera, narró que una hermana decidió estudiar sicología clínica, con una especialidad en autismo”, para ayudar a todas aquellas familias que al igual que la de ella estuvieran pasando por momentos tan delicados como éste. Indicó que dentro de
su situación ha tenido que recurrir en varias ocasiones al Sistema Nacional de Emergencias 9-1-1, servicio del cual se siente satisfecha.
Hizo un llamado a la sociedad y al Gobierno hacia la concienciación en los planteles educativos para que estos jóvenes sean vistos con igualdad, y no como “objetos que se destacan por ser distintos a los demás”.
Medicación. Explicó que las medicinas de Marlon son muy costosas, sin embargo, da gracias a Dios porque han podido resolver.
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Impacto
“Yo vivía una vida totalmente superficial, pero cuando Marlon Eduardo nació, todo cambió, expresó Alina Núñez.
Exhortó a todas aquellas personas que estén viviendo en una situación similar a aceptar, ante todo, la realidad y la condición de ese ser que “tanto amamos”. “Luego de aceptarlo tal cual es, estaremos preparados para presentárselo al mundo y que los demás lo perciban tal cual nosotros lo hacemos”, expresó.
Agregó que tener un hijo en esta condición la ha sensibilizado grandemente. Asimismo afirmó que el joven es muy cariñoso y juguetón.