Emprendedores/ Entrevista a Ing. Astrononómico, Edwin Sánchez, Creador de Dominican Space (Doxa). 22 / 10 / 2015 Foto: José Adames Arias Periodista: Arismendi Calderón
Desde sus años mozos, Edwin Sánchez sintió curiosidad infantil por conocer qué existía más allá del espacio, por la estructura y composición de los astros y, en la medida en que el tiempo avanzaba, cultivó y consolidó sus conocimientos y objetivos verificables, hasta culminar exitosa y satisfactoriamente su carrera de Ingeniería Electrónica de Comunicaciones y la especialidad como Ingeniero Astronáutico.
Edwin Antonio Sánchez Camilo, 32 años, nativo de Tenares, Provincia Hermanas Mirabal, es, además de Ingeniero en Electrónica de Comunicaciones, co-creador y presidente de la Dominican Space Agency (Doxa), al igual que de Inventa RD; y catedrático de INTEC.
“Mi inclinación fue siempre, desde que cursaba el quinto de primaria, por la ciencia, particularmente por la Astronomía. Me fascinaba la aviación y la astronáutica. De hecho, mi hermano mayor es piloto retirado de los Estados Unidos. Siempre estuve cerca de un aeropuerto. Junto a mi mejor amigo pasábamos fines de semana, en horas vespertinas, observando a los aviones en el antiguo aeropuerto de Herrera”.
Edwin estudió 12 años en el Colegio Loyola, en Santo Domingo. Los fines de semana viajaba a Tenares, a la casa de sus abuelos maternos. Allí disfrutaba del ambiente sano del campo, observando gallinas, gallos, vacas, caballos, aves, cerdos y otros animales. “Fui inmensamente feliz. Mi niñez no la cambio por nada en el mundo”.
Se destacó como buen estudiante, fanático de la ciencia y los deportes. “Participé en los clubes de béisbol y del fútbol. También participé en la “Comunidad Científica Loyola”, que aún persiste en el colegio. En el Colegio me involucré con las ciencias astronómicas. En el bachillerato participé intensamente de lo que era el club, o sea, no era simplemente observaciones ocasionales, clases de Astronomía, sino que nosotros mismos preparamos las observaciones solares y eclipses de luna”.
Incluso, refiere Sánchez, hicieron investigaciones científicas basadas en diferentes teorías, lo comprobaron y publicaron esas investigaciones,“de modo que mi amor por las ciencias siempre fue cultivado en el colegio. En una ocasión nos aventuramos y tomamos fotografías astronómicas de las manchas solares. Esas gráficas se publicaron en una revista internacional”.
Cuando salió del colegio tenía el firme propósito de hacerse piloto, pero su madre, Josefina, algo inquieta, le sugirió que hiciera una carrera universitaria “y después hablamos”. Fue a INTEC, donde inició la carrera de Ingeniería Mecánica. Pero a mitad del primer trimestre cambió a Ingeniería Electrónica de Comunicaciones. Su padre, Don Antonio, le comentó: “Te veo más como ingeniero electrónico que como mecánico”.
A Edwin le fascinaba el control automático, la automatización robótica, de modo que entendió que el camino más corto para lograr ese objetivo era estudiar Ingeniería Electrónica, aunque siempre tuvo la convicción de especializarse en algo relacionado con la astronáutica.
“Alcanzar la meta no fue tarea fácil, particularmente en una institución académica exigente. La historia universitaria está salpicada de anécdotas de sacrificios, obstáculos y disgustos”.
Más que obstáculos, el joven superó retos en su carrera. Nunca olvida las noches aciagas, cuando amanecían“en claro” en los laboratorios, trabajando en diferentes proyectos. Ese proceso fue escalón tras escalón, hasta que culminó felizmente.
De los retos que enfrentó, Edwin Sánchez recuerda las dos últimas materias: comunicaciones digitales y comunicaciones avanzadas. Al final de la jornada, uno de los profesores le comunicó al grupo: “Muchachos, váyanse en paz, que aprobaron la materia”. El grito de euforia colectiva recorrió todo el campus universitario.
Al día siguiente desperté en shock. Entró al baño y cuando se duchaba, tuvo la convicción de que iba a clases, hasta que reaccionó y murmuró: “¡Carajo, pero yo terminé mi carrera!” Entonces entendió que había llegado el momento de poner en práctica sus conocimientos y empezar a producir.
Reconoce que estudiar, graduarse, emprender un proyecto, “quita el sueño, produce insomnio, deja calvo a los hombres, saca canas, saca barriga y dolores de espalda, pero al final de cuentas, uno siente una sensación gratificante”
¿Cómo nace Doxa? El norte de Edwin fue siempre enfocarse en astronáutica, y pudo lograrlo en Cranfield University, en el Reino Unido, donde tuvo la oportunidad, además, de trabajar bajo el esquema europeo de agencias espaciales.
“Los europeos le dan prioridad a sus sistemas espaciales, de modo que yo, al ser de Tenares, estaba en la cola de la fila, con el agravante de que me gradué en medio de la recesión económica mundial”.
Cuando llegó al país intentó buscar trabajo en agencias espaciales internacionales, sin éxito. Junto a otros amigos, funda una compañía dedicada a la investigación, desarrollo e implementación tecnológica, cuyo nombre es “Inventa RD”.
“Participamos en un concurso auspiciado por la NASA. El concurso consistía en diseños de aplicaciones o diseños conceptuales de misiones. Participamos y diseñamos en un período de 48 horas una misión conceptual al planeta Marte, donde teníamos un satélite (Quisqueya Sat1) tomando fotografías y midiendo actividad sísmica y atmosférica en el planeta”.
Al jurado le encantó la idea, el proyecto. El grupo ganó el concurso regional y eso le abrió las puertas para representar a nivel internacional a la República Dominicana, “pero lamentablemente no pudimos llegar a la fase final”.
Sin embargo, a Luis Santiago, un miembro del jurado, le pareció interesante el proyecto de formar en el país una agencia espacial. Se acercó a Edwin Sánchez, conversaron, unificaron criterios y formaron a DominicanSpace Agency (Doxa). Actualmente la empresa está implementando su primer proyecto, de carácter educativo, llamado “DOXA Planetarios Móviles”, con la intención de llevar la astronomía, como ciencia y materia educativa, a colegios y escuelas públicas.